Huber Matos propone que el 13 de julio se declare día de duelo nacional


"Cuando todo terminó, habíamos sobrevivido 31 personas. Habían muerto 41, entre ellas varios niños. Mi esposa Pilar y mi hijo Yasser, de 11 años, estaban entre los muertos”.

Compatriotas:

Ayer  se cumplió un aniversario más del día más trágico de la historia de Cuba, el 13 de julio de 1994. El día del hundimiento del remolcador 13 de marzo frente a la ciudad de La Habana.


Ese día Fidel Castro demostró con cuánta cobardía y con cuánta maldad es capaz de actuar. 


Por premeditada y por sanguinaria, fue una acción diabólica.


Todos los cubanos sabemos que un plan así no podía haberse perpetrado sin el consentimiento y la participación de Fidel Castro.  El tirano no delega los detalles de sus grandes castigos.


Fidel Castro tenía conocimiento previo del plan de escape de un grupo de cubanos y había planeado interceptarlos y hundirlos para darle una lección al pueblo de Cuba. 


En la madrugada tres barcos del régimen esperaban la huida del  remolcador 13 de marzo para emboscarlo.  En esta embarcación, familias enteras, padres, madres y niños, un total de 72 seres humanos trataban de salir de Cuba hacia la libertad. 


La descripción de Sergio Perodin, un cubano que participó en la organización del intento de escape y que perdió parte de su familia en el trágico desenlace, demuestra que la agresión contra ellos fue premeditada.*


La tiranía tuvo tiempo de prepararse para hundirlos y tuvo toda la intención de que no quedara nadie vivo, para que no hubiera un testigo.

Compatriotas, ante estos hechos, ante tanta crueldad, propongo que el día 13 de julio sea declarado un día de duelo nacional. 

Un día en que todos los cubanos, generación tras generación, recordemos a esos hombres y mujeres, a esos diez niños cubanos que fueron asesinados por tratar de huir hacia la libertad.


Para que nunca olvidemos que la libertad y el respeto de los derechos humanos son los bienes más preciados de la humanidad.  Para que nunca olvidemos que solo en democracia podemos  protegernos  de los hombres que odian y destruyen.


Patria, Pueblo y Libertad


Miami 13 de julio de 2012


*“Zarpamos a unos 300 metros de la capitanía del puerto, que está en medio de la bahía. Bordeamos muy despacio el área de Regla, alejándonos lo más posible de la capitanía. Al pasar por el área de la capitanía un remolcador, del tipo conocido como Polargo, nos vino encima a unos 200 metros de la fortaleza de El Morro y nos lanzó los primeros chorros de agua con mangueras de alta presión.


Había gente en el Malecón habanero, parejas de novios, y comenzaron a gritar al ver que el Polargo trataba de hundirnos. Las mujeres y los niños subieron a cubierta para que los tripulantes del otro barco se percataran de que iban a cometer un asesinato. Ellos no se detuvieron.


En medio de varias maniobras, el 13 de Marzo chocó con el Polargo, y en el incidente logramos poner proa hacia afuera. Al salir de la bahía a mar abierto, sin embargo, había otras dos embarcaciones Polargo esperándonos escondidas detrás de El Morro.


Entre los tres barcos hacen un cerco al 13 de Marzo, y dos de ellos nos lanzan potentes chorros de agua. Comienzan entonces a alejarnos de la costa. Nos embestían y golpeaban, una y otra vez tratando de volcarnos…Entonces se colocó un Polargo delante de nosotros y otro detrás, este último era el que nos golpeaba. Así lograron quebrar la estructura del 13 de Marzo, el cual comenzó a hundirse por la popa…


…el Polargo de atrás nos "escoreó", es decir se montó encima de nuestra embarcación, la cual se hundió hasta la mitad. Unas 30 personas quedaron atrapadas en la bodega del 13 de Marzo. Los que logramos salir a la superficie vimos que las tres naves Polargo giraban a nuestro alrededor a alta velocidad, tratando de hundirnos.


Se mantuvieron haciendo remolinos durante 40 minutos. Era evidente que tenían el propósito de no dejar sobreviviente alguno que luego se convirtiera en un peligroso testigo. Entre 15 y 18 personas que salimos a la superficie nos asimos a una nevera que flotaba. Asi pudimos salvarnos. Mi pequeño hijo Sergio estaba aferrado a mí. No sabíamos nada del resto de la familia.


Cuando todo terminó, habíamos sobrevivido 31 personas. Habían muerto 41, entre ellas varios niños. Mi esposa Pilar y mi hijo Yasser, de 11 años, estaban entre los muertos”.

Leer más

Entrevista para la historia (Un capítulo desconocido sobre la liberación de Huber Matos)


Por Ricardo Puerta * (Desde Tegucigalpa, Honduras)

Gestión costarricense en Cuba


Introducción


Mi entrevistado es un costarricense que tiene ahora 74 años de edad. Cincuenta de ellos dedicados a la acción política, transitando desde en una ruta ideológica de la extrema izquierda (practicada en su niñez y juventud en parte por provenir de un hogar formado por un marxista y una cristiana conservadora) a la derecha luego , para ubicarse por ultimo y por varias décadas de acción pública, como funcionario gubernamental, en una posición centrista, de franco optimismo, que aún sigue siendo factible- pese a que todo parece indicar lo contrario-- superar las visiones tanto del capitalismo como del marxismo que impiden resolver los graves problemas de la humanidad.


En esa línea se destaca como uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano y luego dirigente de primera línea de la Coalición denominada Unidad que lograra el poder en su primer intento para el periodo 1978-1982, y que luego es transformada en el Partido Unidad Social Cristiana que ejerció –de nuevo- el poder en Costa Rica en tres ocasiones más, con mandatos presidenciales consecutivos que cubrieron desde 1988 hasta el 2002.


Poveda es multifacético: escribe sobre Ciencia y Fe, Cosmología Científica y temas de Filosofía, Igual que sobre Comunicación Política y Participación Popular Organizada. Ha sido Vice Ministro de Cultura, de Salud, de la Presidencia y Ministro de la ultima cartera, así como Embajador itinerante con el rango de Representante Personal del Presidente de la Republica de su país en misiones oficiales de índole muy diverso. Lo curioso es que este cargo –uno de los últimos ocupados durante la Administración Carazo, lo ocupa en un gobierno de signo demócrata cristiano y continuó desempeñándolo durante un gobierno de signo social demócrata (Administración Monge 1982-1986) una curiosidad entendible en un país democrático como Costa Rica.


También ha sido Director de los Departamentos de Planeamiento Estratégico de la Asamblea legislativa, Coordinador de la Oficina de Enlace entre la Defensoria de los Habitantes y del Poder Legislativo, Presidente del Instituto Centroamericano –Caribeño de Estudios Legislativos y su ultimo cargo fue Coordinador Regional de la Comisión Centroamericana-Caribeña contra la Corrupción y la Narcoactividad.


Poveda se autodefine más como un técnico que como un político, y por ello, se ha desempeñado como asesor personal en temas de comunicación y organización popular para diversos presidentes del área centroamericana. Como corolario, sus actividades le han suscitado también un interés académico y ha pergeñado un libro sobre su experiencia pública. .


Y así podría seguir esta rica historia …hasta que una seria afección cardiaca le obligara a mantenerse quieto físicamente, mas no en lo intelectual. En consecuencia, se retira de toda actividad publica en el año 2002 y sigue activo publicando artículos en sus blogs personales.


Ahora bien, como parte de sus funciones en el cargo de Secretario del entonces Presidente de la Republica, Dr. Rodrigo Carazo (1978-1982) fue enviado en 1979 a negociar con Fidel Castro las condiciones de la liberación del ex comandante Huber Matos, así como a garantizar personalmente su integridad física y su traslado a Costa Rica, de manera que habiendo conocido de primera mano al mandatario de la Isla, nos interesa conocer más sobre esa experiencia.



P. Jorge, cuando vas a Cuba a negociar la liberación de Huber Matos...¿tuviste amplia libertad para hacerlo, según la misión que te encomendara tu superior?


Las órdenes recibidas del Presidente Carazo fueron concretas: garantizar con mi presencia- así como la de otros dos funcionarios que me acompañaban- uno de ellos el hijo del mismo Presidente, la liberación del ex comandante Matos al cumplirse 20 años de estar privado de libertad.


Cabe aclarar que la familia del ex comandante Matos tenia serias aprehensiones de que su padre pudiese ser sacado de la isla con vida pues le había jurado al Presidente Castro seguir su lucha dentro o fuera de Cuba.


Independientemente de ello y no obstante que provengo de un país esencialmente libre, confieso haber tenido inicialmente una idea romántica de la revolución cubana y la forma en que se ejercía el poder en ella. Parte de mi romanticismo residía en que siendo un funcionario de alto nivel, suponía a priori que tendría amplia libertad de tránsito, negociación y de poder intercambiar información, en particular la requerida en el proceso encomendado. Eso no fue asi –de ninguna manera. Y me explico:


Debía traer al ex Comandante Matos, pero también debía traer a varios presos que supuestamente se irían a liberar el mismo día. Esos presos eran los denominados “plantados”, en virtud de que jamás les doblegaron su voluntad personal, pese a los sacrificios a los que fueron sometidas sus familias y a las crueldades del trato que recibieron en prisión. En otras palabras, eran todos-incluyendo a Matos- los típicamente denominados Presos de Conciencia: Carecían de libertad. Estaban en condiciones de “lesa humanidad” y fuera de todo disfrute de derechos humanos, en virtud de una condena dictada única y exclusivamente por tener ideas contrarias a las del gobernante Fidel Castro.


Para cumplir con mi misión se sobreentiende dictada por el gobierno de un país soberano, --como es Costa Rica- llevaba un avión comercial de la entonces aerolínea de bandera costarricenses :”LACSA” ,que habiéndome dejado en La Habana debía volver a mi llamado para llevar a Costa Rica a los presos liberados, previa su comprobación de identidad, , así como la anuencia de mi gobierno para ser trasladados a mi país .


Desde mi llegada a La Habana, fui llevado a una zona especial de ciudad, en donde habían varias residencias lujosas dedicadas a atender misiones especiales. Amen del lujo de la residencia que se me asignara, me fue puesto a la orden un automóvil Mercedes Benz, último modelo. Y tenia a mi “servicio” exclusivo un chofer, dos guardaespaldas, un cocinero y un ayuda de cámara. Además de un teléfono y un televisor en la sala de visitas y curioso-también- un cepillo de dientes en mi lavatorio…Expresado de otra forma: encontraría en La Habana lo que ni de lejos existía, según las denuncias de las personas enfrentadas a Castro durante tantas décadas…


En diversas oportunidades recibí la sugerencia de alguno de los funcionarios nombrados para que saliese a “conocer” la ciudad. Me negué, pues mis órdenes eran precisas.


Al caer la tarde del primer día recibí una llamada telefónica, y sin detalles superfluos, se me dijo por teléfono que a las 7 de la noche llegaría a mi casa “el comandante”. Acostumbrado a que en mi país el titulo de comandante se libra generosamente a cualquier ciudadano que ocupe algún cargo en alguna de las comisarias de la Guardia Civil (carecemos de ejercito) pregunte ingenuamente de cual comandante se trataba. Suponía que iniciaría el proceso de negociación al que había ido hablando con algún funcionario de menor rango hasta subir de nivel…El silencio fue sepulcral al otro lado de la línea. Lo que me sirvió para “entender” de inmediato que había formulado una pregunta indebida….



P. Entonces...¿pudiste cumplir con todo el encargo del Presidente Carazo..?


Realmente no, aunque sí a medias. El primer día de llegada fue para acomodarme mientras que mis otros dos acompañantes costarricenses fueron llevados –para mi sorpresa-- a otras casas, de modo que durante toda la estadía en Cuba no pudimos intercambiar ninguna información entre nosotros.

En ese primer día se presentó a mi residencia el cónsul de Costa Rica, mi amigo personal Oscar Vargas Bello (QEPD) con quien tenía total confianza. Tanto que a su llegada le pregunte que me contara como era la situación en la Isla, a lo que el Cónsul, con una seña disimulada bajo su guayabera blanca, dirigiendo sus ojos hacia una lámpara que colgaba del techo, en forma inocente y carraspeando, me invitó a dar una vuelta “para tomar el fresco de la tarde”.

Ya en su pequeño y desvencijado auto –pese a la insistencia de mis guardaespaldas de que era peligroso circular sin sus compañías, ---pues según ellos, ya se sabía de mi misión y los enemigos del comandante Castro podrían atentar en mi contra para complicar la situación – Oscar, requerido de nuevo con mi pregunta anterior, sacó en dos ocasiones el encededor de su ubicación en el carro, y acercándolo a su boca, me hacía gestos significativos. Claro, ahí saqué en conclusión que teníamos micrófonos en la residencia que me asignaron y que el Cónsul de mi país no se sentía seguro para hablar conmigo, ni siquiera en su propio auto…


En ese ambiente, nuestra conversación fue absolutamente anodina y para nada provechosa en lo que me interesaba…al extremo, que decidí volver a la casa, en vez de deambular por la ciudad dando vueltas…A lo sumo caminamos unas cuadras y nos devolvimos. Oscar carraspeaba entre tosido y tosido que terminaban ahogando la escasa información que me brindaba…Comprendí que era preferible no atosigarle con preguntas, porque el debía quedarse allí, no yo.



P. Quiere decir que desde el primer día te sentiste en medio de un Estado Policiaco...


En efecto. Al finalizar la tarde el primer día en la Isla ya tenía claro que estaba vigilado, sujeto a medidas previamente diseñadas, sin posibilidad de intercambiar información relevante, ni siquiera con el representante consular de mi país, ni con los otros dos compatriotas, acompañantes oficiales de mi viaje, a quienes no volví a ver hasta que despegó el avión que me sacó de Cuba, como narraré luego…


Ni en la casa de “huéspedes” a la que fui llevado, –que creo los cubanos la llaman “casa de protocolo”-- ni a las reuniones en ella con Castro y el Director de Inteligencia José Abrantes, o con nuestro cónsul Vargas Bello, mucho menos en mi reunión con Huber Matos, tuve libertad. Todo estaba vigilado, controlado, bajo coordenadas y parámetros sujetos a la voluntad omnímoda del régimen. Irónicamente, fui a Cuba a liberar a un preso, y desde el primer día en la Isla me sentí en prisión. Respecto de Abrantes cabe agregar que supe años después que tras un juicio en que estuvo involucrado con el General Ochoa murió en condiciones misteriosas, en la Prisión de Guanajay, centro que era parte del inhumanosistema carcelario represivo que él mismo ayudó a construir y diseñar…


P. Y...finalmente....¿cómo fue tu encuentro con Fidel Castro?


Antes te mencioné que en la tarde, habiendo regresado de mi viaje infructuoso con el Cónsul Vargas Bello, recibí una llamada anunciándome la llegada a las 7 de la noche del Comandante…


Poco antes de la llegada de Castro, se presentaron en mi casa dos personas costarricenses que estaban en un Seminario de Salud Internacional. Me refiero a los doctores Jorge Arias Sobrado, Viceministro de Salud y a Carlos Valerin, entonces Director General de Salud, quiénes se presentaron sorpresivamente a la casa de huéspedes, por haber sido invitados por una funcionaria cubana.


Me alegré mucho verles alli, pues ambos todavía los considero amigos personales, aunque en ese momento me llamó mucho la atención que nadie me preguntara si era correcta o no su presencia en un tema que se suponía se refería a negociar la liberación de presos.Tema alejado de los asuntos de salud, que confieso también me son gratos, por haberme desempeñado como Director Ejecutivo del Colegio de Médicos y como Viceministro de Salud, pero temas para nada mezclables con el objetivo preciso de mi misión en Cuba.


Apenas tuvimos tiempo para saludarnos, porque escasos dos o tres minutos después de su entrada, oímos varios vehículos acercándose y luego de un silencio que se hizo eterno… escuchamos los pasos de una persona: resultaría ser un hombre muy alto, corpulento, barbudo, embutido en un remedo de traje militar y con botas pulcramente embetunadas. Era el Comandante Fidel Castro, imbuido de una amplia sonrisa y acompañado de dos personas más que al acercarse, se apartaron sigilosamente …


De pronto mis dos amigos médicos, el Presidente Castro y el suscrito, sin mediar palabra ocupábamos los sillones de la sala y luego de los saludos de rigor, de presentarnos y hacer unos chistes obligados por mi pregunta acerca de quien seria el Comandante que me visitaría, la estancia del único Comandante de Cuba -que tardaría unas cinco horas- fue la ocasión de hablar- por supuesto- de hablar él. Comenzó a plantear toda clase de tesis sobre temas diversos relacionados con Costa Rica, su historia, así como la historia de Cuba y la coincidencia entre ambos paises. -según él-


Castro-poco a poco fue llevando su monotema hasta la caída de la dictadura de Somoza (con la ayuda del gobierno de Costa Rica, lo que para nadie es un secreto), así como el ascenso al poder del Sandinismo (con la ayuda de Cuba, según se rumoraba en mi país) . Por cierto esto vendría a corroborarlo el ex Ministro de Seguridad Publica en mi país en un libro publicado recientemente bajo el titulo de “La Guerra que no fue”…


Aprovechando las contadas pausas que hacia sin ingerir nada….envalentonado por su grata presencia, personal, me aventure a hacerle preguntas concretas que contestaba en largos soliloquios que no dejaban espacio para otras preguntas…Una de ellas, la hice a quemarropa, como “intercalándome”...asi que le pregunte: ¿Y quién mato al comandante Camilo Cienfuegos? ...pues yo sabía que ese crimen le era imputable a él directamente….


Sin variar para nada su semblante me escupió la respuesta...¡¡ Huber Matos, a quién te llevarás de aquí pasado mañana, cuando finiquitemos algunos detalles para garantizar su seguridad, pues hay quienes desean cobrarle ese crimen, entre otros !!


Y sin variar la cadencia de sus palabras me dijo: “para esos detalles, mañana vendrá a visitarte Abrantes, con quien ultimarás los detalles de la salida de Matos”.


Al preguntarle por la lista de presos plantados, me dijo...”Bueno, eso deberás hablarlo con Abrantes directamente, pues es su materia” .Le mencione a uno en especifico, a quien mi Presidente deseaba liberar: Armando Valladares, un poeta.. Fidel cambió su semblante y me espeto: “A ese no, a ese no. Es un farsante, que debe salir caminando por sus propios pies.Si, chico, es un farsante”.


Esa noche, habiéndose marchado Castro y luego mis amigos ….(después de una sesión de fotografías en donde el encargado-experto, a no dudarlo- le ponía a uno como el actor principal en el documento visual, , destacando a Fidel de manera distinta) y mientras trataba de conciliar el sueño de esa noche, se agolparon en mi mente varios episodios de esa única vez que le he tratado : sus largos soliloquios, su elocuencia y propiedad para los temas tratados en los que siempre llevaba la batuta...


Repasé mentalmente su vestimenta caqui, ,pero no de tela basta –sino militar- brillante, como si fuese de satin, y que no calzaba tampoco con sus botas finas, de punta italiana…Todo junto en mi mente, parecía como un suceso teatral en vez de una entrevista necesaria para iniciar una negociación encaminada a finiquitar la salida de Cuba de un prisionero y de otros “plantados”. Esa noche llegue a la conclusión de que yo había asistido a una obra teatral, en donde había solo un actor, al que no puedo restarle ni un solo merito, como tal.


P. ¿Hubo algún otro tema en la conversación?


Oh, por supuesto que sí. En cinco horas de soliloquios, recuerdo bien el más significativo de cultura general: su descripción de democracia participativa plena y de democracia directa, al estilo ateniense, del cual Castro me explicaría - se practicaban ambas en la Isla (cada vez que el mencionaba la isla, yo rectificaba mi mente, traduciendolo como : ¡Mi isla!, con base en el tono “posesivo” de su narración).


La Democracia según él- estaba en Cuba apartada de la democracia representativa y era auténticamente participativa, al estilo ateniense....en donde entre pueblo y gobernante no había soluciones de continuidad...sino una “liasson” continua-permanente, En donde ambas partes se sentían compenetradas naturalmente. Tal compenetracion natural era el sello distintivo de la revolución que él encabezaba.


Y tal compenetración ideo-política, en la democracia no pura se convertía en parafernalia representativa e intermedia, mientras que en “su modelo” existía la concreción absoluta, la perfección humana máxima…De la Grecia antigua a la Cuba de Castro no habían soluciones de continuidad, tan solo el puente de los siglos de ignorancia que les separaban en el tiempo a estos dos gemelos uni-vitelinos.


Mayor confusión pocas veces he conocido en mi vida, a menos que mis estudios universitarios estén profundamente equivocados. Ya que en algunos países que tienen realmente democracias representativas -como en Occidente - hay obviamente más respeto para el pueblo, que el que conocemos en la Cuba de Castro .


Hay un acto paradigmático: las concentraciones multitudinarias “del pueblo” en la Plaza de la Revolución, que mas bien parecen actos mediáticos, propio de cineastas hollywoodenses, especializados en logros monumentales en donde se mezclan las ínfulas de los Emperadores Romanos y la pasividad obsequiosa de las masas sometidas al régimen del “Panen et Circenses”, sello indudable de las clásicas películas bíblicas de los años 40-50 del siglo pasado..



P. Y ...¿cómo sucedió el resto de tu misión?


Al día siguiente, habiendo terminado de desayunar, llegó Abrantes a la casa –el entonces Ministro del Interior- el más policial de los funcionarios del régimen de Castro – y me dijo como dictándole una orden a un subalterno :

“Primero : Dentro de dos horas viene Huber Matos para que lo conozcas y
Segundo: . Respecto de los demás presos estamos elaborando la lista, te avisaremos.”….

En efecto al llegar Matos, de quien yo ni siquiera tenía una fotografía sumistrada por su familia, --que parte vivía en Costa Rica y parte en Miami--, me encontré con un hombre acabado, exageradamente delgado, demacrado, desconfiado, profundamente desconfiado, que apenas hablaba con monosílabos y cuya primera pregunta fue decirme si podría prestarle una navajilla para afeitarse, y si acaso tenia también una corbata.,…


Yo que no tenia una navajilla, pues uso máquina de afeitar eléctrica, gustoso se la entregue y debí enseñarle cómo usarla, pues notaba que realmente no se sentía nada cómodo con ella. Con la corbata no hubo problemas, pues soy muy parco en los colores que uso- lo que coincidía por casualidad con su propio gusto.


Ya entrado en más confianza, me dijo que deseaba despedirse de su madre: Ella lo visitaba en la carcel y él le había prometido que al salir, iría a visitarla de primero….pero había fallecido y era preciso trasladarlo a un cementario ubicado en una población distante en donde la habían enterrado.. Me pidió expresamente negociar este asunto con Abrantes. Fue muy insistente en este punto. …


Vinieron por Matos cerca de una hora después. Se lo llevaron y luego traté de encontrar al Cónsul para verificar con él los detalles de los presos plantados que debían venir también conmigo a Costa Rica. No fue posible. Tampoco fue posible encontrar a mis otros dos acompañantes.


Abrantes no apareció hasta el día siguiente. Y me dijo, escuetamente, que no iban a permitir a Matos desplazarse dentro de Cuba por razones de seguridad. Como mi misión principal era llevarme a Matos a Costa Rica, estuve de acuerdo en no retrasar por ningún otro motivo la salida, pues ahora solo me faltaba conocer la lista de presos, hablar por teléfono con mi Presidente y pedir el avión de LACSA. Pero durante el resto del día, aunque traté, no pude volver a ubicar en La Habana ni siquiera al Cónsul costarricense.


En la tarde me ofrecieron llevarme de compras y lo hice. Y en la noche me invitaron al Cabaret Tropicana, que seguía presentando el mismo espectáculo, como si Cuba aún estuviera en los tiempos de la corrupta dictadura de Batista. En la tienda que fui de compras, solo podían entrar extranjeros, y en Tropicana, solo habían turistas también,


Al dia siguiente llegaría temprano Abrantes, y me desplacé con él a ver los detalles de los demás presos. En realidad nada de ello ocurrió… cuando me percate, ya estaba en el Aeropuerto Internacional. Allí me dijeron que se habían descompuesto las líneas telefónicas con el exterior (a causa del embargo/boicot norteamericano, de manera que no fue posible pedir el avión a Lacsa) y me llevaron a un hangar en donde un avión de la empresa Cubana de Aviación estaba lleno de personas mayores, y atrás, rodeado de guardias, se encontraba Huber Matos, acompañado de un señor muy mayor en una silla de ruedas (que luego supe era su padre).


No apareció el Cónsul, tampoco el hijo del Presidente (uno de mis dos acompañantes) ,quien supe se había ido ya . Solo volví a ver al Oficial Mayor de Seguridad, Willy Azofeifa (mi segundo acompañante desde Costa Rica). En ese momento me sentía confundido, molesto y estando rodeado de militares y ante la disyuntiva de no cumplir con la misión de sacar a Matos, quien me reclamaba continuamente que él no viajaría, si antes no iba a visitar la tumba de su madre,...


Y tome una decisión: me introduje al avión percatándome que no era de LACSA, sino de Cubana de Aviación y mientras trataba de poner en orden mis ideas…solo me hablaba Matos acerca de la visita a la tumba de su madre…. su insistencia me produjo molestia, pues contrario a mis sentimientos, tuve que increparle fuertemente, manifestándole que dentro de mis órdenes, no se incluía viaje alguno al interior de la Isla, sino solo su salida inmediata de la Isla. Optó por no dirigirme más la palabra y le oi decir en dos o tres ocasiones que Fidel era un bandido. Es curioso: esa fue la palabra más fuerte que escuche de sus labios y aunque le he tratado en varias ocasiones en estos últimos años nunca hablamos más del tema…


Sin poder conversar con mi Presidente, y conociéndolo muy bien, me hice de la idea que en base a resultados, yo habia cumplido: llevaba a Matos a Costa Rica. También estaba convencido que, ninguno de los ocupantes del avión serían regresados a Cuba, aunque no fuesen los plantados y tampoco hubiese podido corroborar sus identidades. Hice un ultimo intento de comunicarme con mi Presidente desde el avión, pero el comandante de la nave me indicaria que no era permitido por leyes internacionales ocupar el sistema de transmisión radial en nada no relacionado con la navegación . Independientemente de que tuviese razon o no, no tenia sentido insistir.. asi que el resto del vuelo lo hice calmadamente, pues “en el camino arreglaríamos las cargas” como decimos los costarricenses.


Asi entre tumbos y retumbos (había tormenta y los pilotos debían ratificar o rectificar con frecuencia la ruta) llegamos en la madrugada al único aeropuerto internacional de mi país. Los balcones estaban rebosantes de centenares de personas que aclamaban a Matos y entre gritos de “Viva Cuba Libre” y “Abajo Fidel”, bajamos del avión, los encargados de migración metieron en sus oficinas a los recién llegados.

Todos, excepto Matos y su padre, para mí desconocidos, habían hecho el viaje sin decir una sola palabra y sin hacer un solo gesto.. Luego supe por uno de ellos que tenían miedo y no sabían ni siquiera a donde se dirigían…

Yo me enfrenté a mi Presidente. Le explique que sentía no haber cumplido totalmente su encargo. Y cuando le trate de explicar la imposibilidad de hacer un control cruzado de los otros viajeros, Rodrigo Carazo me abrazo, y llorando me dio las gracias. Acto seguido, me dijo en broma:” Espero tu renuncia al final del gobierno”.... y así acabo la experiencia…pues nunca más volvimos a tocar el tema



* Ricardo A. Puerta:

Sociólogo, con 30 años de experiencia en proyectos de desarrollo en América Latina. Graduado de la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York), con un Doctorado en Sociología del Desarrollo. Fue Asistente al Director en el Programa Latinoamericano de Private Agencies Collaborating Together (PACT), una federación de ONG internacionales, con sede en Nueva York. Fue Director del programa de Desarrollo Rural de la Escuela Agrícola Panamericana (Zamorano) en Honduras. Dirigió un proyecto de investigación, que duró dos años, sobre revisión de experiencias de 12 fondos de inversión social, operando en 10 países latinoamericanos. Ha sido capacitador en diseño de proyectos, utilizando el Método (Metaplan) del Marco Lógico, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y para el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y para más de un centenar de ONG a través de Curso-Talleres. Fue también Consultor para la Comisión Nacional de Anticorrupción (CNA), que coordina el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez. Al presente es Asesor de varias ONG e instituciones públicas hondureñas en Desarrollo Institucional, Marcológico, Investigación Rápida y Remesas Familiares.


Fuente:  Democracia Participativa


Leer más

REGRESO A CUBA (EL PAÍS, ESPAÑA)


El viejo revolucionario estaba dispuesto a justificar en todo y por todo la obra del régimen en su medio siglo largo de existencia, y por lo mismo a descalificar airadamente con un “se equivoca, todo es más complejo” cualquier discrepancia de su interlocutor, desde la condena de 20 años a Huber Matos en su día por una simple dimisión, hasta el juicio sobre la política de Obama, a su entender peor para Cuba que la de Bush.

Todo se explicaba porque la revolución tropezó con un “mundo civil” que se desplomó en 1959 y luego luchó contra un cerco económico que aún la estrangula ahora. De la URSS y de Chávez, ni mención. De su propio pasado en una organización competidora con el Movimiento 26 de Julio, tampoco, no fuera que quebrase la imagen de homogeneidad revolucionaria. Todo fue y es como debe ser. Eso sí, sus hijos fueron convenientemente enviados a España, como los de otros notables, y aquí se han quedado, con toda probabilidad gracias a becas de acceso limitado, para evitarles el privilegio de seguir haciendo revolución. Un comportamiento cínico que separa a las elites cubanas de las de las nomenclaturas de tipo soviético.

La conversación reflejaba el principal obstáculo con que tropieza el reformismo que en algunos aspectos aflora en la sucesión-que-no-lo-es bajo Raúl Castro. El modelo chino ha sabido instalarse en una esquizofrenia pragmática, con la eficiencia económica por norte, donde la permanencia de los antiguos símbolos garantiza la gestión autoritaria, pero en nada niega un despliegue en todas las direcciones de la iniciativa orientada al beneficio.

En Cuba, como acaba de recordarnos Leonardo Padura, el cambio a la caribeña se concreta en que dos vecinas sentadas a la puerta de su casa ahora pueden fabricar y vender dulces. El incipiente individualismo económico de los años noventa fue rápidamente sofocado y hoy los tenduchos de los exempleados públicos son simples bazares mugrientos. A la sombra siempre del apoyo de Chávez, que hace nuevamente de Cuba una revolución subsidiada, todo se juega a la baza del turismo, que con la transformación de Habana-Vieja ha creado un verdadero parque temático, de acuerdo con el proyecto puesto en marcha hace décadas por Eusebio Leal, “el historiador de la ciudad”.

Convertidos en hoteles, palacios como el de O’Farrill o el del marqués de San Felipe han recuperado su esplendor y en torno al eje de la calle Obispo, los turistas pueden imaginar una Habana de sueño que como el montaje de Potemkin para Catalina la Grande oculta el hundimiento imparable del resto de la ciudad donde los habaneros se hacinan en condiciones miserables.

El incremento del turismo ha hecho también de La Habana una ciudad de mendicidad generalizada.

El control policial se ha intensificado para hacer menos visibles a las jineteras, sin eliminar en modo alguno su presencia, observable en la proliferación de parejas de vejestorios europeos con jovencitas de color, en una ciudad que en este aspecto para nada recuerda a la que celebrara la entrada de Fidel. El incremento del turismo ha hecho también de La Habana una ciudad de mendicidad generalizada, curioso logro para una revolución social, que lleva al máximo la tendencia a disociar el trabajo del sostenimiento de la vida de los cubanos. Demasiados factores de estrangulamiento moral y económico, con el indicador de la multiplicación de procesos por corrupción.

Claro que el vicio de pedir ha tenido resultados entre instituciones opulentas, como Caja Madrid que rehabilitó “viviendas sociales” (para privilegiados), el Ayuntamiento de Córdoba o la “popular” Junta de Castilla y León que lo mismo rehabilitó palacios (sic) para fines sociales o simbólicos (el colegio de “El Salvador”, cuna de mis queridos autonomistas a quienes el castrismo ha borrado de la historia), mientras la multimillonaria ayuda de los gobiernos de Zapatero a los Castro no ha servido siquiera para que fuera devuelto a España el Centro Cultural español en el malecón, creado con una fuerte inversión e incautado en 2003, hoy exclusivamente gubernamental cubano. Ahí no hay placa conmemorativa. Sobraba al parecer dinero y faltó dignidad.

Como faltó para entender que el apoyo de España a la disidencia democrática, machacada desde 2003, era imprescindible para su precaria supervivencia. Desde el viraje colaboracionista con la dictadura de Moratinos (y del embajador Alonso Zaldívar), no pueden acceder a revistas, publicaciones culturales, ni a internet. La Embajada se cerró para ellos. Están totalmente aislados y, como me ocurrió al visitar al veterano opositor Elizardo Sánchez, con el coche del seguroso prácticamente a la puerta. En 1959 Raúl Castro marcó la línea represora del régimen. No va a cambiar ahora.

Antonio Elorza es catedrático de Ciencia Política.


Leer más
Powered By Blogger

Snap Shots

Get Free Shots from Snap.com