Cuba rinde homenaje a Camilo Cienfuegos (Juventud Rebelde)


Estudiantes de las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos, de la Marina, de la Academia del Ministerio del Interior y el pueblo en general, se trasladaron en una peregrinación hasta el malecón habanero y depositaron flores en el mar

Los cubanos rindieron este domingo homenaje al guerrillero del Ejército Rebelde Camilo Cienfuegos, desaparecido hace 53 años.

Estudiantes de las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos, de la Marina, de la Academia del Ministerio del Interior y el pueblo en general, se trasladaron en una peregrinación hasta el malecón habanero y depositaron flores en el mar, una ceremonia que se realiza en el país hace décadas cada 28 de octubre, reportó PL.

Participaron, además, el viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Álvaro López Miera, la primera secretaria del Comité Provincial del Partido en La Habana, Mercedes López Acea, y la secretaria general de la Unión de Jóvenes Comunistas, Yuniaski Crespo.

En otras regiones del país también miles de cubanos echaron flores al mar y a los ríos de sus localidades en honor al guerrillero, uno de los más carismáticos del Ejército Rebelde.

Camilo Cienfuegos, desapareció el 28 de octubre de 1959, a los 27 años, cuando regresaba de una misión encomendada por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en la región centro-oriental de la isla, para detener al comandante Huber Matos, acusado de traición.

Era uno de los 81 hombres con que desembarcó Fidel Castro en diciembre de 1956 del yate Granma, para iniciar la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, y fue clave en la derrota del dictador Fulgencio Batista y en el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.

Al frente de la Columna No. 2 Antonio Maceo, con con 92 combatientes (sólo 82 armados), emprendió la triunfal invasión guerrillera hacia el Occidente de la isla, junto a la Columna No. 8 Ciro Redondo al mando del emblemático Ernesto Che Guevara.

Juventud Rebelde
digital@juventudrebelde.cu

28 de Octubre del 2012 11:55:24 CDT

Nota de Cubacid: Camilo no regresaba de arrestar a Huber Matos porque el arresto de Huber Matos fue el 21 de octubre y Camilo desapareció en extrañas circunstancias  el 28 octubre, y ya antes había regresado a La Habana.

Ver: Aun persiste el misterio sobre la muerte de Camilo



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Gutiérrez Menoyo fue un hombre valiente pero se equivocó, dice Huber Matos



"HAY QUE MORIR DE PIE Y DE FRENTE"

EFE

Miami -- Huber Matos, el único de los comandantes históricos de la revolución cubana exiliado, afirmó que el ex comandante anticastrista Eloy Gutiérrez Menoyo, fallecido el viernes en Cuba, fue un “hombre valiente” que cayó en la trampa de creer que podía “negociar con los Castro”.

Matos, a punto de cumplir los 94 años, aseguró el viernes a Efe que Gutiérrez Menoyo fue “víctima de su inconsistencia” en su exilio y regreso a la isla en 2003, donde creyó que podría “negociar con los Castro” y “sacar provecho a su presencia” en la isla.

En su opinión, el ex comandante exiliado en Miami y fallecido a los 77 años en La Habana cometió un gran error al obviar que “tratar con los Castro es prestarse o a una trampa o cometer una inocentada”.

En ese sentido, criticó la decisión de Gutiérrez Menoyo en 2003 de regresar a Cuba, “dando la espalda a sus compañeros, para ver si sacaba algún provecho del final de los Castro”, sin comprender, dijo, que “con hampones como los Castro no se puede negociar”.

Quien fuera maestro rural y, posteriormente, con el triunfo de la guerrilla, gobernador de la provincia de Camagüey expresó “respeto por el recuerdo del hombre valiente” que fue Gutiérrez Menoyo, pero puntualizó que “con valentía sólo no se puede actuar en el mundo”, algo que ignoró su compañero de armas al frente de los rebeldes de Sierra Maestra.

Reconoció que “no coincidían” en los planteamientos de la lucha anticastristas e insistió en que Gutiérrez Menoyo, nacido en la capital española en 1934, fue un “tipo valiente, un poco aventurero”, que se equivocó al “no ser muy fiel a los principios de la lucha por los derechos del pueblo de Cuba”.

“Finalmente fue víctima de los Castro y de su propia manera de actuar (…) al maniobrar sin tener en cuenta esos principios”, dijo sobre el excomandante revolucionario que estuvo preso 22 años en Cuba por sus actividades anticastristas.

Huber Matos, quien estuvo por su parte 20 años preso por divergencias ideológicas con Fidel Castro, mostró su voluntad férrea de, si le llega la muerte en el exilio, morir “diciendo que siempre dijo no a la tiranía de los Castro”.

“Hay que morir de pie y de frente”, enfatizó Matos, quien todavía conserva la esperanza de “ver el final del castrismo y mantener el reclamo de los derechos del pueblo cubano”.




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Renuncia del Comandante Huber Matos en 1959


Para comprender la carta de renuncia del Comandante Huber Matos en octubre de 1959, hace más de cincuenta años, hay que situarse en aquella época y tener conocimiento de los hechos que precedieron a esa carta.

Esto requeriría una larga y detallada explicación, pero tratemos de sintetizar los aspectos principales:

1. En varias conversaciones antes de la renuncia, Huber Matos presiona a Fidel Castro con el fin de definir el curso que va a tomar el proceso revolucionario. Huber estaba preocupado por la influencia cada vez mayor de los comunistas en el gobierno, los sindicatos y el ejército. En todo momento Fidel estuvo de acuerdo con Huber y le aseguró que la influencia comunista era obra de Raúl y del Che, hasta llegar al extremo de asegurarle a Huber que ellos dos no iban a robarle su revolución.

2. Huber renuncia al darse cuenta que Fidel seguía posponiendo la reunión sugerida por el propio Fidel entre ellos:  Huber, Fidel, el Che, Camilo y Raúl, para definir el proyecto revolucionario. La renuncia tiene el propósito de dar a conocer y alertar a los revolucionarios en toda la isla y a la población sobre su inconformidad con lo que esta sucediendo.

3. La carta renuncia precede conversaciones de Huber con varios dirigentes revolucionarios, entre ellos el presidente Manuel Urrutia y Camilo Cienfuegos; ambos preocupados por el problema de la creciente influencia de los comunistas.

Urrutia fue obligado a renunciar por Fidel como presidente de la república el 18 de julio de 1959. Tres meses después, el 21 de octubre de 1959 Huber renuncia. Camilo Cienfuegos desapareció una semana después del arresto de Huber en Camagüey y después de sugerirle a Huber que huyera de Cuba.

4. Las dudas de diferentes dirigentes revolucionarios sobre el problema comunista eran desconocidas por una población en su mayoría fanatizada con Fidel Castro.

Sugerir que Huber debió haber eliminado a Fidel en aquellos momentos para evitar lo que sucedería en Cuba durante medio siglo, habría requerido tener en las manos una bola de cristal que le permitiera ver el futuro.

Si la eliminación de Fidel hubiera sido exitosa, que es algo improbable, Raúl y los comunistas habrían tomado el poder con la total aprobación del pueblo.  El asesinato de Fidel Castro se habría presentado como una traición y una confabulación de los Estados Unidos.

La dictadura comunista se habría entronizado de la noche a la mañana y habrían asesinado a miles de miles de personas inmediatamente.

La opción de Huber fue denunciar, alertar y estar dispuesto a morir fusilado o ir a prisión para que el pueblo y la dirigencia revolucionaria democratica se diera cuenta de lo que estaba pasando y pod
ía suceder.


Camagüey, octubre 19 de 1959
Dr. Fidel Castro Ruz
Primer ministro
La Habana

Compañero Fidel:

En el día de hoy he enviado al jefe del Estado Mayor, por conducto reglamentario, un radiograma interesando mi licenciamiento del Ejército Rebelde. Por estar seguro que este asunto será elevado a ti para su solución y por estimar que es mi deber informarte de las razones que he tenido para solicitar mi baja del ejército, paso a exponerte las siguientes conclusiones:

Primera: no deseo convertirme en obstáculo de la Revolución y creo que teniendo que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse.

Segunda: por un elemental pudor debo renunciar a toda responsabilidad dentro de las filas de la Revolución, después de conocer algunos comentarios tuyos de la conversación que tuviste con los compañeros Agramonte y Fernández Vilá. Coordinadores Provinciales de Camagüey y La Habana, respectivamente: si bien en esta conversación no mencionaste mi nombre, me tuviste presente. Creo igualmente que después de la sustitución de Duque y otros cambios más, todo el que haya tenido la franqueza de hablar contigo del problema comunista debe irse antes de que lo quiten.

Tercera: sólo concibo el triunfo de la Revolución contando con un pueblo unido, dispuesto a soportar los mayores sacrificios... porque vienen mil dificultades económicas y políticas... y ese pueblo unido y combativo no se logra ni se sostiene si no es a base de un programa que satisfaga parejamente sus intereses y sentimientos, y de una dirigencia que capte la problemática cubana en su justa dimensión y no como cuestión de tendencia ni lucha de grupos.

Si se quiere que la Revolución triunfe, dígase adónde vamos y cómo vamos, óiganse menos los chismes y las intrigas, y no se tache de reaccionario ni de conjurado al que con criterio honrado plantee estas cosas.

Por otro lado, recurrir a la insinuación para dejar en entredicho a figuras limpias y desinteresadas que no aparecieron en escena el primero de enero, sino que estuvieron presentes en la hora del sacrificio y están responsabilizados en esta obra por puro idealismo, es además de una deslealtad, una injusticia, y es bueno recordar que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos.

Quiero aclararte que nada de esto lleva el propósito de herirte, ni de herir a otras personas: digo lo que siento y lo que pienso con el derecho que me asiste en mi condición de cubano sacrificado por una Cuba mejor. Porque aunque tú silencies mi nombre cuando hablas de los que han luchado y luchan junto a ti, lo cierto es que he hecho por Cuba todo lo que he podido ahora y siempre.

Yo no organicé la expedición de Cieneguilla, que fue tan útil en la resistencia de la ofensiva de primavera para que tú me lo agradecieras, sino por defender los derechos de mi pueblo, y estoy muy contento de haber cumplido la misión que me encomendaste al frente de una de las columnas del Ejército Rebelde que más combates libró. Como estoy muy contento de haber organizado una provincia tal como me mandaste.

Creo que he trabajado bastante y esto me satisface porque independientemente del respeto conquistado en los que me han visto de cerca, los hombres que saben dedicar su esfuerzo en la consecución del bien colectivo, disfrutan de la fatiga que proporciona el estar consagrado al servicio del interés común. Y esta obra que he enumerado no es mía en particular, sino producto del esfuerzo de unos cuantos que, como yo, han sabido cumplir con su deber.

Pues bien, si después de todo esto se me tiene por un ambicioso o se insinúa que estoy conspirando, hay razones para irse, si no para lamentarse de no haber sido uno de los tantos compañeros que cayeron en el esfuerzo.

También quiero que entiendas que esta determinación, por meditada, es irrevocable, por lo que te pido no como el comandante Huber Matos, sino sencillamente como uno cualquiera de tus compañeros de la Sierra -¿te acuerdas? De los que salían dispuestos a morir cumpliendo tus órdenes--, que accedas a mi solicitud cuanto antes, permitiéndome regresar a mi casa en condición de civil sin que mis hijos tengan que enterarse después, en la calle, que su padre es un desertor o un traidor.

Deseándote todo género de éxitos para ti en tus proyectos y afanes revolucionarios, y para la patria -agonía y deber de todos- queda como siempre tu compañero,

Huber Matos


Ver también:  

Huber Matos y la noche que aun no acaba


Al Comandante de la Libertad





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Los 94 años del Comandante Matos. “Está llegando el final de Fidel; el pueblo se hastió de la revolución”

 Escrito por Germán Acero E./ LIBRE / Exclusiva    Martes, 25 de Septiembre de 2012 09:04   


A sus 94 años el Comandante Huber Matos advirtió que “está llegando el final de Fidel porque el pueblo se hastió de esa obsoleta revolución comunista hasta el punto de que caracterizados personajes cubanos, como una directiva del  libelo Granma, desertaron y huyeron hacia Miami”.

Matos luce bastante bien físicamente, y en sus meditaciones, sólo piensa y es optimista de que se avecina un cambio político en Cuba, debido a la crisis económica que vive la nación y el régimen lo cual ha precipitado las protestas de la oposición y el inconformismo social sin antecedentes.

“Prueba de que ese régimen ya no funciona es que personajes como la hija del vicepresidente cubano, Glenda Murillo, así como la jefe de edición del diario Granma, Mairelys Cuevas Gómez, decidieron huir de la isla para buscar un mejor porvenir en sus vidas”, recordó Matos a LIBRE.

El célebre comandante festejó anticipadamente sus 94 años asistiendo como conferencista a un foro denominado Anatomía  de una revolución: dos generaciones de opositores de consciencia bajo un mismo régimen, a la que asistieron connotados personajes del exilio cubano en Miami.

Matos, igualmente,  reiteró que, definitivamente, el régimen está mostrando toda su política de frustración y decepción , tanto en el campo social como económico, donde no cumplió con el pueblo y éste ahora está decepcionado y hastiado.
“Cuba está viviendo sus peores momentos de ruina y abandono y ya estamos viendo que la misma juventud, en escuelas y universidades, está mostrando su inconformismo con la revolución, que fracasó en todos estos 50 años de dictadura, intimidación, dolor y muerte”, recalcó.

 “Es la última dictadura que se mantiene en el mundo y, en poco tiempo, estaremos asistiendo a su caída final, ya que las protestas de los opositores han ido en aumento, en todos los pueblos y ciudades de Cuba, donde el pueblo clama a los cuatro vientos libertad y democracia”, insistió.

“Fidel y sus secuaces han demostrado su ineptitud para gobernar y mantener los ideales de una revolución comunista que fracasó en todos los países del mundo, donde se pretendió instaurar, ya que fue uno de los peores males políticos que le pudo ocurrir a la humanidad entera”, añadió.

“Por eso Cuba, no será en ningún momento la excepción, ya que Fidel ha tenido también la mala suerte de que su ahijado del alma, el dictador Chávez, también haya caído en desgracia lo cual le ha abierto un enorme boquete económico que lo está llevando a la ruina y a la pérdida del poder en la isla”, aseguró.

“Yo creo,  igualmente, que el exilio en este momento definitivo también habrá de jugar un papel definitivo, ya que cuando comience la reconstrucción de la isla, tendrá que tener honda participación todas las fuerzas vivas de la cubanía en Miami”, anotó.

“A mis 94 años siento que cada día ya se aproxima un cambio político en Cuba por todo lo que está sucediendo en la isla, donde los blogueros y la juventud, están ya plenamente identificados con un cambio porque la revolución los dejó en la ruina política, moral  y económica”, enfatizó.

“Yo luché, como comandante de la revolución Cubana, por un ideal y siento que estoy en deuda con el pueblo, por lo cual me comprometo aún más en los últimos días de mi vida, ha aportar un granito de arena cuando venga la época republicana nuevamente a la isla”, acotó.

El comandante Hubert Matos cumplió noventa y cuatro años este mes, veinte de los cuales transcurrieron en las prisiones castristas (fue liberado, luego de cumplir íntegramente su condena, en 1979). Su encarcelamiento ha sido, desde todos esos años, un símbolo de la esencia miserable del castrismo, de lo inhumano que puede llegar a ser el castrismo.

Matos fue uno de esos hombres que luchó por los supuestos ideales de la “primera revolución”, hasta que, tras perseguir inútilmente la utopía de un fidelismo “con todos y para el bien de todos”, dio con sus huesos en la cárcel. Después descubrió que la revolución era cosa de gángsters.

Un fragmento de su carta de renuncia, que enviara a Fidel Castro en 1959, resulta particularmente revelador:

“Si se quiere que la revolución triunfe, dígase a dónde vamos y cómo vamos, óiganse menos los chismes y las intrigas, y no se tache de reaccionario ni de conjurado al que con criterio honrado plantee estas cosas. Por otro lado, recurrir a la insinuación para dejar en entredicho a figuras limpias y desinteresadas que no aparecieron en escena el primero de enero, sino que estuvieron presentes en la hora del sacrificio y están responsabilizados en esta obra por puro idealismo, es además una deslealtad, una injusticia, y es bueno recordar que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos”.

Castro, que nunca fue grande ni justo, lo metió en la cárcel nada más por leer esto.

¿Cómo le gustaría que lo recordasen?

Por encima de todo como una persona que ha tratado de cumplir con su deber.
Si le mencionan la palabra “revolución”,

¿qué le viene a la mente?

Que fue una cosa muy hermosa que los señores Castro prostituyeron.
Si usted y Fidel Castro se encontraran nuevamente, ¿le hablaría de recuerdos, de reproches, o de esperanzas perdidas?

Castro no sabría enfrentarme a mí. Yo lo reté estando preso a que se reuniera en Seguridad del Estado conmigo, con cien guardias si quería, que le iba a decir unas cuantas cosas. Yo creo que le diría: sospechaba que eras un bribón, un miserable, un cobarde, pero me quedé corto al imaginar todo eso.

¿Quién es Hubert Matos
en pocas palabras?

Un hombre que quiso toda su vida dedicarse al magisterio y ser un ciudadano útil. Yo he tratado de vivir mi vida y creo que la he vivido más o menos de acuerdo a los patrones que marqué en mi juventud.




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Zoé Valdés entrevista a Huber Matos: “Fidel es un matón y Raúl un radical que mata de noche”

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Huber Matos hablando ante el Monumento de los Mártires, en Miami, hace unas semanas.

¿Quién ignora la historia del comandante de la revolución cubana Huber Matos? Creo que muy pocos. Antier, mientras iba en el metro a encontrarme con mi amigo Rogelio Martínez, de paso por París, pensé que en estos días de tanto dolor tras la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas, el líder del Movimiento Cristiano Liberación en Cuba, y del joven activista Harold Cepero, en un simulacro de accidente de tráfico por parte del régimen castrista, necesitaba de una persona que fuera la más capacitada y autorizada para hablar de los Castro y de sus crímenes. Esa persona no podía ser otra que Huber Matos. Y esta es la entrevista, donde también se habla de la trayectoria de este hombre que conoció en carne propia de la maldad de los dos dictadores:

ZV: -¿Cómo fue su infancia y juventud en Cuba? ¿Quiénes fueron sus padres? ¿En qué zona de Cuba creció?

HM: -Mi infancia fue la de un niño que creció  en un pequeño poblado, en Yara, un pueblo histórico de la provincia de Oriente.  Mi padre era el juez del pueblo, como Cuba era una república joven no hacía falta ser abogado para ser el juez del pueblo.  Se escogía a una persona honorable y con prestigio.  El juez no cobraba sueldo. Además mi padre era un pequeño agricultor.

Mi madre era la maestra y directora de la escuela de cuatro aulas del pueblo. Era una mujer idealista que todas las noches nos leía a los cinco hermanos por una o dos horas, a la luz una lámpara de luz brillante.  Leía pasajes de libros históricos y de obra clásicas.  Lo hacía con el propósito de formarnos como personas de principios.  Nuestra abuela nos iba acostando en el orden que nos dormíamos.

ZV: -Era usted un joven cubano, maestro, campesino, ¿qué le hizo unirse a Fidel Castro y no formar un movimiento propio, independiente para hacer la revolución o liderar un cambio en Cuba? Usted no era comunista.

HM: -Yo no tenía el  propósito en despuntar personalmente. Mi interés era enseñar a la juventud allí donde trabajara como maestro. Cuando Batista dio el golpe de estado quería simplemente cumplir con mi deber de ciudadano en la lucha contra la dictadura. Yo militaba en el Partido del Pueblo Cubano.  Un partido que  representaba el legado de los fundadores de la nación cubana, se podría decir que era un partido social demócrata. Cuba se había convertido en república porque los Estados Unidos en lugar de ayudar a la lucha de los mambises  intervinieron en la guerra contra España.   Cuando se retiraron de Cuba dejaron una enmienda en nuestra constitución que les daba el derecho a seguir interfiriendo.
No en absoluto, yo no era comunista.

Los comunistas en aquel tiempo hacían mucho énfasis en la dictadura del proletariado y para mi cualquier cosa que propusiera una dictadura era la negación de la libertad.  La república tiene que garantizar los derechos de los ciudadanos y un nivel de vida aceptable. Los comunistas con su fanatismo y su dictadura eran un peligro para Cuba.

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Camilo Cienfuegos, Fidel Castro, y Huber Matos, La Habana, 1959.

ZV: -Después de haber sido uno de los comandantes más importantes del grupo de Fidel Castro, usted es juzgado por los hermanos Castro y condenado a más de veinte años de cárcel. Usted mismo apunta que Castro mató a Camilo Cienfuegos, tal como sospechan muchos. En su libro Cómo llegó la noche están fundamentadas esas sospechas. ¿Podría hablarnos de por qué cree usted que Castro asesinó a Camilo Cienfuegos? ¿Por qué Castro asesina a unos y a otros no?

HM: -Porque Fidel  sentía unos celos muy grandes respecto a Camilo.  Él sabía que Camilo y yo éramos muy amigos desde la Sierra y aun sabiendo eso, o por esa misma razón, cada vez que Fidel se reunía conmigo me hablaba mal de Camilo.  Me decía: “primero soy yo, después Raúl y luego sigues tú. A tí te sigue Camilo y el Che, pero si el Che fuera cubano estaría en cuarto lugar, en lugar de Camilo porque Camilo es un borracho”.  Yo le decía “no te equivoques porque Camilo  tiene pueblo y es una persona decente”.  Entonces él me rebatía buscándole defectos, decía que era un tipo desorganizado, etc.  Pienso que Fidel siempre creyó que en esto y en otras cosas podía convencerme a mí como lo hacía con otros.

Cuando Fidel dijo que nos reuniríamos Raúl, el Che, el y yo en mi casa en Camagüey para definir el curso de la revolución, le pregunté por Camilo y me respondió: “Camilo no cuenta en esto”.
Pero en público era otra cosa.  Buscaba que la simpatía hacia Camilo ser revirtiera para él, como cuando en un acto masivo preguntó: “¿Voy bien Camilo?”

Fidel en definitiva es un demonio con condiciones histriónicas.

ZV: -¿En qué momento percibió la traición de Fidel Castro?

HM: -Desde la Sierra yo empecé a desconfiar de Fidel. Me daba la impresión de ser un hombre vacío de principios.  No me gustaba su insinceridad y me daba cuenta que era cobardón y le gustaba el papel de actor.

Entre nosotros había un choque de personalidades y discutimos varias veces.  Fidel dirigía  la lucha pero le gustaba maltratar a sus oficiales, era injusto y le daban arrebatos. Pero el pueblo lo percibía como un patriota.

Era talentoso y peligroso.  Yo no aceptaba insultos ni injusticias y él sabía que siempre estaba preparado para enfrentarlo.   Era pícaro, se daba cuenta y después de cualquier discusión me decía “olvídate de eso que yo te necesito”.

Me sorprendió después del triunfo cuando de vez en cuando me decía que yo era el tercer hombre de la revolución.   Repetía que aunque no estuviera escrito en ningún lugar eso era así.  Yo siempre le respondía que lo que quería era reincorporarme a la enseñanza, que incluso había una plaza de Ciencias Sociales en la Universidad de Santiago que estaba lista para mí, que no me interesaba la carrera política.
Me di cuenta del problema comunista cuando llegamos al poder.  Había cierta alianza entre Raúl y el Che con los comunistas. Los comunistas empezaron a ocupar fincas y otras instalaciones para provocar y crear el caos.  Yo conocía las historias de los comunistas en Europa.

En una oportunidad en la provincia de Camagüey los comunistas tomaron una fábrica que preparaba carne en conservas.  Los dueños se quejaron y yo fui a reunirme con los trabajadores y allí me di cuenta que eran Raúl y el Che los que estaban atizando la huelga.   Lo que los revolucionarios queríamos era orden y justicia para poder llevar a cabo la reformas que se habían prometido. Ellos estaban saboteando eso para incitar la lucha de clases que en Cuba no existía.

Discutí esto con Fidel y él me decía que eran cosas de Raúl y el Che, que ellos querían llevar la revolución en otra dirección.  Insistía en público y en privado que él no era comunista.
Yo tenía sospechas que Fidel me mentía pero no estaba seguro.

Tenía que renunciar, plantear mi preocupación y dejar que los eventos como consecuencia de mi renuncia lo obligaran a definirse y así fue. En aquellos momentos el 26 de julio era un movimiento con fuerza, en la revolución la mayoría de la dirigencia no era comunista.  Creo que no me fusilaron porque el Ejército Rebelde no hubiera estado contento ni la dirigencia del 26, pero aunque hubo quienes se le enfrentaron en privado no hubo ninguna protesta significativa.

De todas formas después de aquello todo el que no era comunista y tenía principios sabía hacia adónde íbamos.  El aparato represivo no estaba organizado y hubo la oportunidad de frenar la comunicación de Cuba.  Lamentablemente el fracaso de Playa Girón consolidó a Fidel.

No creo que Fidel fuera comunista, ni lo fue ni lo es. Él fue un oportunista.  El comunismo le brindó la oportunidad de quedarse en el poder de por vida y convertir a Cuba en su finca privada.

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 Raúl Castro y Camilo Cienfuegos.

ZV: - Usted fue torturado en la cárcel castrista, ¿por qué se le cree más a Castro cuando afirma en entrevistas con extranjeros que su Revolución no ha torturado a nadie, y no se cree o no se entrevista en contrapartida a personas como usted, o a otros que sí fueron torturados?

HM: -La prensa ha idealizado a Fidel Castro y lo ha ayudado a vender sus mentiras como verdades.  Con su enfrentamiento con los Estados Unidos logró la simpatía en el mundo entero.  Ha vendido su imagen a mucha gente tonta que en el mundo se la ha querido comprar.

Además de ser un inmoral es un actor.  Se dedicó a hacer la carrera política con perversidad y contra el pueblo cubano.  Como profesor de historia no conozco otro personaje que lo supere en la mentira y la perfidia.

ZV: –También en sus libros usted habla de la prominente cobardía de Castro en las batallas, que siempre se escondía detrás de Celia Sánchez y de Melba Hernández. ¿Por qué cree que ha trascendido la versión del héroe castrista en la figura de Castro y no la verdadera, la del cobarde que asesina por la espalda y se esconde detrás de la falda de las mujeres?

HM: -Por la misma habilidad que ha tenido  para vender la mentira como verdad.  Después de medio siglo de tiranía todavía hay gente que visita La Habana y reconoce en Fidel Castro a un reivindicador de la nación cubana, cuando ha sido todo lo contrario.

ZV: -¿Cuál es la cifra de campesinos, soldados, e inocentes asesinados por las tropas castristas durante la insurrección? Son víctimas de las que se habla poco, y también lo son…
HM: -Nosotros peleábamos contra el ejército no contra los campesinos.  Teníamos el apoyo del campesinado y la mayoría de los soldados del Ejército Rebelde eran campesinos de todas las edades.  Esa es la clave del éxito de cualquier guerra de guerrillas, que te escondan, que te ayuden con comida y con información y que sus hijos se sumen a la lucha.  Ahora hay un tipo de terrorismo insurgente que aterroriza a las poblaciones pero en aquellos tiempos la guerra de guerrillas se basaba en la cooperación de la población del campo.

Hubo algunos  infiltrados que Fidel ejecutó, fueron pocos.  En una oportunidad me enteré que quería fusilar a un camagüeyano que se había integrado al Ejército Rebelde porque sospechaba que era un infiltrado.  Yo lo conocía y subí a la Comandancia a garantizarlo.

Yo era jefe de guerrilla y nuestra función era pelear contra el ejército.  En realidad pocas veces descansábamos.  Todas las noches había que salir a combatir y muchas veces de día.

Cuando, camino hacia Santiago de Cuba, llegué a la Comandancia de Raúl Castro, Raúl me quiso enredar en un juicio a Nino Díaz y no me gustó el asunto.   Por supuesto que no me presté a la intriga. A Nino no pudieron condenarlo porque no había razón ni pruebas para ello.

En esa oportunidad Raúl mismo me dijo que antes de llegar él a la zona había unos bandidos alzados, que eran de Santiago de Cuba y que él había resuelto el problema. Cuando le pregunté como lo había hecho me dijo: Les di guiso.

Yo no tenía poder para investigar y cuestionar a Raúl Castro.  Pasé por allí para informarle cual era mi misión de acuerdo a Fidel.  La Columna 9 tenía que cercar  a Santiago de Cuba para poder lanzar la ofensiva final con un asalto a la ciudad.  Había que adelantar el triunfo de la insurrección y establecer en Cuba un Estado de Derecho.  Ese era el gran compromiso de la revolución.

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Comandante Huber Matos

ZV: -Huber, usted declaró en una entrevista que se puede ver en youtube, que pasado el tiempo no le queda más remedio que admitir que la época de Fulgencio Batista fue mejor que la de Fidel Castro. Viniendo de su parte esta consideración es de reconocer que sea usted uno de los primeros de esa generación en admitirlo, ¿podría ampliarlo?

HM: -Batista es el padre de Fidel, porque sin su golpe de estado Fidel no habría podido llegar al poder. Al romper el ritmo constitucional Batista le abrió la oportunidad,  luego lo indultó.
Pero no es comparable el daño que hizo Batista en sus siete años con lo que ha hecho Fidel en más de medio siglo.  Aunque Batista fue un usurpador no cometió en siete años de dictadura ni remotamente el daños que ha hecho el castrismo.

Batista no destruyó la República ni la moral de los cubanos como ha hecho Fidel Castro.  Creo que Fidel conscientemente desbarató la moral de los cubanos para que le obedecieran ciegamente.  Es un matón que sabe que intimidar le permite imponerse y no escatima cualquier medio por perverso que sea para lograrlo.

ZV: -Hace un tiempo lo entrevisté en su casa y me hizo una descripción de Raúl Castro como un tipo muy miedoso frente a su hermano Castro I, ¿podría repetirme la descripción que hizo? Y quizá contar algunas anécdotas, recuerdo una en particular en la que Castro I lo avergonzaba delante de otros compañeros…

HM: -En un encuentro a fines del marzo del 59 en el edificio del Tribunal de Cuentas Fidel reunió el pleno de la revolución.   Allí estaban los dirigentes del 26 de julio, los comandantes principales,  los ministros y algunas personalidades más. Éramos como cincuenta personas.

Fidel era el único orador y habló como tres o cuatro horas sin concretar nada. Entonces empezó a criticar a Raúl Castro como Ministro de las Fuerza Armadas porque había demorado el traslado de los cuarteles al campo.  Raúl trató de justificar la demora y entonces lo mandó a callar con malas palabras.  Raúl  trató de defenderse y lo aplastó con insultos. Raúl salió llorando a lágrima viva por la humillación, iba llorando con la cabeza baja.

Yo me di cuenta que aquello era muy serio.  Allí estaba toda la dirigencia revolucionaria.  Me puse de pie y dije “nosotros en la Sierra éramos una sola voluntad, ahora que estamos con la responsabilidades del poder esto nos obliga a actuar de forma que sigamos siendo una sola voluntad.”
Fidel se quedó como un minuto en silencio.  Entonces dijo “continuemos”.

Carlos Franqui estaba allí y cuando yo estaba preso se atribuyó la aclaración, pero cuando salí de prisión me dijo “Huber había que contar lo que pasó y yo no creí que sobrevivirías.  Espero que me entiendas y me perdones”.  Por supuesto que lo entendí.

En realidad Fidel aprovechó la ocasión para aplastar a Raúl y que todo el mundo le cogiera miedo.
Cuando terminó la reunión, Fidel me llamó y  me dijo “Huber, voy a hacer un recorrido por Latinoamérica, confío en tí, vigílame a Raúl”.  Era otra forma de hacerme creer que yo era importante, pero ese juego no iba conmigo.

En cuanto al temor de Raúl, eso era conocido. Raúl tenía fama de cobarde entre todos sus oficiales.  Raúl nunca iba a un combate. Una vez cuando le dijeron que venía el Ejercito le dijo a su chofer (Maro): “Óye, vámonos de aquí, arriba, vámonos”.  Maro contaba que como a la hora de huir de la Maya, le dijo a Raúl: “¿Qué hacemos? Aquí no van a llegar los guardias”.

Pero a Raúl le gusta ser radical y mandar a matar a la gente de noche.   Fidel Castro es un matón y Raúl un radical que mata de noche.



ZV: -Recientemente hemos asistido dolorosamente a otro asesinato más de los Castro, el de Oswaldo Payá Sardiñas. ¿Cree usted que verdaderamente sea un asesinato o lo duda como otros lo dudan? ¿Puede hablarme de las muertes recientes en Cuba dentro de la disidencia?

HM: -Los Castro son implacables con sus enemigos.  Lo de Orlando Zapata Tamayo fue un asesinato, aprovecharon la huelga de hambre para liquidarlo.  Zapata es un héroe y un mártir de esta lucha. Creo que a Laura Pollán la asesinaron también.  Como han asesinado  miles.  Hay muchas historias terribles que saldrán a la superficie.

Ahí está el crimen del remolcador 13 de marzo y también la masacre del rio Canimar.
En el caso de Paya el régimen ha actuado en forma tan extraña y que ha provocado demasiadas sospechas.  Si no tuvieron nada que ver en su muerte entonces por qué no fue transparentes desde el principio.  Les hubiera resultado muy fácil llevar a la viuda de Paya a Oriente a que conversara con los que se salvaron y en pocas horas todo habría quedado aclarado. ¿Por qué no lo hicieron?

ZV: -Precisamente Payá decía que el obstáculo para que Cuba sea libre no era el embargo o boicot comercial norteamericano a la isla, sino la tiranía totalitaria que oprimía al pueblo de Cuba. Sin embargo, últimamente una parte de la disidencia junto a una parte de un llamado “nuevo exilio” se empeña en que el problema es el embargo, ¿qué opina de esto?

HM: -Eso es mentira, el problema no es el embargo, eso es comprar la mentira  de los Castro.  El verdadero enemigo y el verdadero problema es la dictadura.

Ahora, como tienen miedo por la salud de Chávez están desesperados por llegar a un acuerdo con Washington y necesitan que se levante el embargo o que por lo menos permitan  a los norteamericanos viajar a Cuba de turistas.  Con ese ingreso podrían comprar en el mercado internacional parte del petróleo que necesitan para sobrevivir.

ZV: -¿Qué le diría usted hoy a los cubanos de Cuba, a todos?

HM: -Lo que dije hace dos días, junto al Monumento de los Mártires aquí en Miami. Compatriotas tenemos que cerrar filas para fundar la Nueva República.  Mientras no nos unamos en un solo frente los Castro seguirán cometiendo crímenes, seguirán atropellando al pueblo, seguirán ofendiendo de mil maneras a la nación cubana. Es bueno que haya muchas organizaciones, es una señal de vitalidad. Pero pasan los años y hay 20 o 30 grupos predicando su evangelio y su forma de confrontar al régimen.  Cada uno cree tener la razón.  Pero la tiranía sigue sometiendo  y explotando al pueblo cubano.
Después de este largo medio siglo, es hora de que de que abandonemos las aspiraciones personales, los liderazgos y otras cosas insignificantes. Nuestro país está arruinado  y nuestro pueblo está  desesperado.

Aquí está entre nosotros Reina Luisa Tamayo, la madre de ese gran cubano que fue asesinado con absoluta crueldad.  Un verdadero patriota que dio su vida por la libertad.  Perdimos a Laura Pollán en misteriosas circunstancias. Ahora ha tocado el turno a un gran hombre como Oswaldo Paya. Su  muerte ha sido manipulada por el régimen en una forma turbia y cínica. ¿Qué esperamos?  ¿Qué asesinen uno a uno a toda la dirigencia de la oposición?  Estamos obligados a la reflexión inteligente y a la decisión patriótica. Unámonos, dejemos a un lado todas las diferencias.  Hay que pensar en Cuba por encima de todo.

ZV: -¿Quisiera enviarle un mensaje a la viuda e hijos de Payá y a los familiares del joven Harold Cepero?

HM: -Que no morirán nunca si los honramos, y una manera de honrarlos es unirnos y continuar la lucha por la libertad de Cuba y luego unidos en la reconstrucción de la democracia en nuestra patria.  Que estoy convencido que Oswaldo y su compañero serán un ejemplo para la Cuba del futuro por su sacrificio y su prédica. Que compartimos su dolor y su orgullo como parte que somos todos de la familia cubana.
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Huber Matos propone que el 13 de julio se declare día de duelo nacional


"Cuando todo terminó, habíamos sobrevivido 31 personas. Habían muerto 41, entre ellas varios niños. Mi esposa Pilar y mi hijo Yasser, de 11 años, estaban entre los muertos”.

Compatriotas:

Ayer  se cumplió un aniversario más del día más trágico de la historia de Cuba, el 13 de julio de 1994. El día del hundimiento del remolcador 13 de marzo frente a la ciudad de La Habana.


Ese día Fidel Castro demostró con cuánta cobardía y con cuánta maldad es capaz de actuar. 


Por premeditada y por sanguinaria, fue una acción diabólica.


Todos los cubanos sabemos que un plan así no podía haberse perpetrado sin el consentimiento y la participación de Fidel Castro.  El tirano no delega los detalles de sus grandes castigos.


Fidel Castro tenía conocimiento previo del plan de escape de un grupo de cubanos y había planeado interceptarlos y hundirlos para darle una lección al pueblo de Cuba. 


En la madrugada tres barcos del régimen esperaban la huida del  remolcador 13 de marzo para emboscarlo.  En esta embarcación, familias enteras, padres, madres y niños, un total de 72 seres humanos trataban de salir de Cuba hacia la libertad. 


La descripción de Sergio Perodin, un cubano que participó en la organización del intento de escape y que perdió parte de su familia en el trágico desenlace, demuestra que la agresión contra ellos fue premeditada.*


La tiranía tuvo tiempo de prepararse para hundirlos y tuvo toda la intención de que no quedara nadie vivo, para que no hubiera un testigo.

Compatriotas, ante estos hechos, ante tanta crueldad, propongo que el día 13 de julio sea declarado un día de duelo nacional. 

Un día en que todos los cubanos, generación tras generación, recordemos a esos hombres y mujeres, a esos diez niños cubanos que fueron asesinados por tratar de huir hacia la libertad.


Para que nunca olvidemos que la libertad y el respeto de los derechos humanos son los bienes más preciados de la humanidad.  Para que nunca olvidemos que solo en democracia podemos  protegernos  de los hombres que odian y destruyen.


Patria, Pueblo y Libertad


Miami 13 de julio de 2012


*“Zarpamos a unos 300 metros de la capitanía del puerto, que está en medio de la bahía. Bordeamos muy despacio el área de Regla, alejándonos lo más posible de la capitanía. Al pasar por el área de la capitanía un remolcador, del tipo conocido como Polargo, nos vino encima a unos 200 metros de la fortaleza de El Morro y nos lanzó los primeros chorros de agua con mangueras de alta presión.


Había gente en el Malecón habanero, parejas de novios, y comenzaron a gritar al ver que el Polargo trataba de hundirnos. Las mujeres y los niños subieron a cubierta para que los tripulantes del otro barco se percataran de que iban a cometer un asesinato. Ellos no se detuvieron.


En medio de varias maniobras, el 13 de Marzo chocó con el Polargo, y en el incidente logramos poner proa hacia afuera. Al salir de la bahía a mar abierto, sin embargo, había otras dos embarcaciones Polargo esperándonos escondidas detrás de El Morro.


Entre los tres barcos hacen un cerco al 13 de Marzo, y dos de ellos nos lanzan potentes chorros de agua. Comienzan entonces a alejarnos de la costa. Nos embestían y golpeaban, una y otra vez tratando de volcarnos…Entonces se colocó un Polargo delante de nosotros y otro detrás, este último era el que nos golpeaba. Así lograron quebrar la estructura del 13 de Marzo, el cual comenzó a hundirse por la popa…


…el Polargo de atrás nos "escoreó", es decir se montó encima de nuestra embarcación, la cual se hundió hasta la mitad. Unas 30 personas quedaron atrapadas en la bodega del 13 de Marzo. Los que logramos salir a la superficie vimos que las tres naves Polargo giraban a nuestro alrededor a alta velocidad, tratando de hundirnos.


Se mantuvieron haciendo remolinos durante 40 minutos. Era evidente que tenían el propósito de no dejar sobreviviente alguno que luego se convirtiera en un peligroso testigo. Entre 15 y 18 personas que salimos a la superficie nos asimos a una nevera que flotaba. Asi pudimos salvarnos. Mi pequeño hijo Sergio estaba aferrado a mí. No sabíamos nada del resto de la familia.


Cuando todo terminó, habíamos sobrevivido 31 personas. Habían muerto 41, entre ellas varios niños. Mi esposa Pilar y mi hijo Yasser, de 11 años, estaban entre los muertos”.

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Entrevista para la historia (Un capítulo desconocido sobre la liberación de Huber Matos)


Por Ricardo Puerta * (Desde Tegucigalpa, Honduras)

Gestión costarricense en Cuba


Introducción


Mi entrevistado es un costarricense que tiene ahora 74 años de edad. Cincuenta de ellos dedicados a la acción política, transitando desde en una ruta ideológica de la extrema izquierda (practicada en su niñez y juventud en parte por provenir de un hogar formado por un marxista y una cristiana conservadora) a la derecha luego , para ubicarse por ultimo y por varias décadas de acción pública, como funcionario gubernamental, en una posición centrista, de franco optimismo, que aún sigue siendo factible- pese a que todo parece indicar lo contrario-- superar las visiones tanto del capitalismo como del marxismo que impiden resolver los graves problemas de la humanidad.


En esa línea se destaca como uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano y luego dirigente de primera línea de la Coalición denominada Unidad que lograra el poder en su primer intento para el periodo 1978-1982, y que luego es transformada en el Partido Unidad Social Cristiana que ejerció –de nuevo- el poder en Costa Rica en tres ocasiones más, con mandatos presidenciales consecutivos que cubrieron desde 1988 hasta el 2002.


Poveda es multifacético: escribe sobre Ciencia y Fe, Cosmología Científica y temas de Filosofía, Igual que sobre Comunicación Política y Participación Popular Organizada. Ha sido Vice Ministro de Cultura, de Salud, de la Presidencia y Ministro de la ultima cartera, así como Embajador itinerante con el rango de Representante Personal del Presidente de la Republica de su país en misiones oficiales de índole muy diverso. Lo curioso es que este cargo –uno de los últimos ocupados durante la Administración Carazo, lo ocupa en un gobierno de signo demócrata cristiano y continuó desempeñándolo durante un gobierno de signo social demócrata (Administración Monge 1982-1986) una curiosidad entendible en un país democrático como Costa Rica.


También ha sido Director de los Departamentos de Planeamiento Estratégico de la Asamblea legislativa, Coordinador de la Oficina de Enlace entre la Defensoria de los Habitantes y del Poder Legislativo, Presidente del Instituto Centroamericano –Caribeño de Estudios Legislativos y su ultimo cargo fue Coordinador Regional de la Comisión Centroamericana-Caribeña contra la Corrupción y la Narcoactividad.


Poveda se autodefine más como un técnico que como un político, y por ello, se ha desempeñado como asesor personal en temas de comunicación y organización popular para diversos presidentes del área centroamericana. Como corolario, sus actividades le han suscitado también un interés académico y ha pergeñado un libro sobre su experiencia pública. .


Y así podría seguir esta rica historia …hasta que una seria afección cardiaca le obligara a mantenerse quieto físicamente, mas no en lo intelectual. En consecuencia, se retira de toda actividad publica en el año 2002 y sigue activo publicando artículos en sus blogs personales.


Ahora bien, como parte de sus funciones en el cargo de Secretario del entonces Presidente de la Republica, Dr. Rodrigo Carazo (1978-1982) fue enviado en 1979 a negociar con Fidel Castro las condiciones de la liberación del ex comandante Huber Matos, así como a garantizar personalmente su integridad física y su traslado a Costa Rica, de manera que habiendo conocido de primera mano al mandatario de la Isla, nos interesa conocer más sobre esa experiencia.



P. Jorge, cuando vas a Cuba a negociar la liberación de Huber Matos...¿tuviste amplia libertad para hacerlo, según la misión que te encomendara tu superior?


Las órdenes recibidas del Presidente Carazo fueron concretas: garantizar con mi presencia- así como la de otros dos funcionarios que me acompañaban- uno de ellos el hijo del mismo Presidente, la liberación del ex comandante Matos al cumplirse 20 años de estar privado de libertad.


Cabe aclarar que la familia del ex comandante Matos tenia serias aprehensiones de que su padre pudiese ser sacado de la isla con vida pues le había jurado al Presidente Castro seguir su lucha dentro o fuera de Cuba.


Independientemente de ello y no obstante que provengo de un país esencialmente libre, confieso haber tenido inicialmente una idea romántica de la revolución cubana y la forma en que se ejercía el poder en ella. Parte de mi romanticismo residía en que siendo un funcionario de alto nivel, suponía a priori que tendría amplia libertad de tránsito, negociación y de poder intercambiar información, en particular la requerida en el proceso encomendado. Eso no fue asi –de ninguna manera. Y me explico:


Debía traer al ex Comandante Matos, pero también debía traer a varios presos que supuestamente se irían a liberar el mismo día. Esos presos eran los denominados “plantados”, en virtud de que jamás les doblegaron su voluntad personal, pese a los sacrificios a los que fueron sometidas sus familias y a las crueldades del trato que recibieron en prisión. En otras palabras, eran todos-incluyendo a Matos- los típicamente denominados Presos de Conciencia: Carecían de libertad. Estaban en condiciones de “lesa humanidad” y fuera de todo disfrute de derechos humanos, en virtud de una condena dictada única y exclusivamente por tener ideas contrarias a las del gobernante Fidel Castro.


Para cumplir con mi misión se sobreentiende dictada por el gobierno de un país soberano, --como es Costa Rica- llevaba un avión comercial de la entonces aerolínea de bandera costarricenses :”LACSA” ,que habiéndome dejado en La Habana debía volver a mi llamado para llevar a Costa Rica a los presos liberados, previa su comprobación de identidad, , así como la anuencia de mi gobierno para ser trasladados a mi país .


Desde mi llegada a La Habana, fui llevado a una zona especial de ciudad, en donde habían varias residencias lujosas dedicadas a atender misiones especiales. Amen del lujo de la residencia que se me asignara, me fue puesto a la orden un automóvil Mercedes Benz, último modelo. Y tenia a mi “servicio” exclusivo un chofer, dos guardaespaldas, un cocinero y un ayuda de cámara. Además de un teléfono y un televisor en la sala de visitas y curioso-también- un cepillo de dientes en mi lavatorio…Expresado de otra forma: encontraría en La Habana lo que ni de lejos existía, según las denuncias de las personas enfrentadas a Castro durante tantas décadas…


En diversas oportunidades recibí la sugerencia de alguno de los funcionarios nombrados para que saliese a “conocer” la ciudad. Me negué, pues mis órdenes eran precisas.


Al caer la tarde del primer día recibí una llamada telefónica, y sin detalles superfluos, se me dijo por teléfono que a las 7 de la noche llegaría a mi casa “el comandante”. Acostumbrado a que en mi país el titulo de comandante se libra generosamente a cualquier ciudadano que ocupe algún cargo en alguna de las comisarias de la Guardia Civil (carecemos de ejercito) pregunte ingenuamente de cual comandante se trataba. Suponía que iniciaría el proceso de negociación al que había ido hablando con algún funcionario de menor rango hasta subir de nivel…El silencio fue sepulcral al otro lado de la línea. Lo que me sirvió para “entender” de inmediato que había formulado una pregunta indebida….



P. Entonces...¿pudiste cumplir con todo el encargo del Presidente Carazo..?


Realmente no, aunque sí a medias. El primer día de llegada fue para acomodarme mientras que mis otros dos acompañantes costarricenses fueron llevados –para mi sorpresa-- a otras casas, de modo que durante toda la estadía en Cuba no pudimos intercambiar ninguna información entre nosotros.

En ese primer día se presentó a mi residencia el cónsul de Costa Rica, mi amigo personal Oscar Vargas Bello (QEPD) con quien tenía total confianza. Tanto que a su llegada le pregunte que me contara como era la situación en la Isla, a lo que el Cónsul, con una seña disimulada bajo su guayabera blanca, dirigiendo sus ojos hacia una lámpara que colgaba del techo, en forma inocente y carraspeando, me invitó a dar una vuelta “para tomar el fresco de la tarde”.

Ya en su pequeño y desvencijado auto –pese a la insistencia de mis guardaespaldas de que era peligroso circular sin sus compañías, ---pues según ellos, ya se sabía de mi misión y los enemigos del comandante Castro podrían atentar en mi contra para complicar la situación – Oscar, requerido de nuevo con mi pregunta anterior, sacó en dos ocasiones el encededor de su ubicación en el carro, y acercándolo a su boca, me hacía gestos significativos. Claro, ahí saqué en conclusión que teníamos micrófonos en la residencia que me asignaron y que el Cónsul de mi país no se sentía seguro para hablar conmigo, ni siquiera en su propio auto…


En ese ambiente, nuestra conversación fue absolutamente anodina y para nada provechosa en lo que me interesaba…al extremo, que decidí volver a la casa, en vez de deambular por la ciudad dando vueltas…A lo sumo caminamos unas cuadras y nos devolvimos. Oscar carraspeaba entre tosido y tosido que terminaban ahogando la escasa información que me brindaba…Comprendí que era preferible no atosigarle con preguntas, porque el debía quedarse allí, no yo.



P. Quiere decir que desde el primer día te sentiste en medio de un Estado Policiaco...


En efecto. Al finalizar la tarde el primer día en la Isla ya tenía claro que estaba vigilado, sujeto a medidas previamente diseñadas, sin posibilidad de intercambiar información relevante, ni siquiera con el representante consular de mi país, ni con los otros dos compatriotas, acompañantes oficiales de mi viaje, a quienes no volví a ver hasta que despegó el avión que me sacó de Cuba, como narraré luego…


Ni en la casa de “huéspedes” a la que fui llevado, –que creo los cubanos la llaman “casa de protocolo”-- ni a las reuniones en ella con Castro y el Director de Inteligencia José Abrantes, o con nuestro cónsul Vargas Bello, mucho menos en mi reunión con Huber Matos, tuve libertad. Todo estaba vigilado, controlado, bajo coordenadas y parámetros sujetos a la voluntad omnímoda del régimen. Irónicamente, fui a Cuba a liberar a un preso, y desde el primer día en la Isla me sentí en prisión. Respecto de Abrantes cabe agregar que supe años después que tras un juicio en que estuvo involucrado con el General Ochoa murió en condiciones misteriosas, en la Prisión de Guanajay, centro que era parte del inhumanosistema carcelario represivo que él mismo ayudó a construir y diseñar…


P. Y...finalmente....¿cómo fue tu encuentro con Fidel Castro?


Antes te mencioné que en la tarde, habiendo regresado de mi viaje infructuoso con el Cónsul Vargas Bello, recibí una llamada anunciándome la llegada a las 7 de la noche del Comandante…


Poco antes de la llegada de Castro, se presentaron en mi casa dos personas costarricenses que estaban en un Seminario de Salud Internacional. Me refiero a los doctores Jorge Arias Sobrado, Viceministro de Salud y a Carlos Valerin, entonces Director General de Salud, quiénes se presentaron sorpresivamente a la casa de huéspedes, por haber sido invitados por una funcionaria cubana.


Me alegré mucho verles alli, pues ambos todavía los considero amigos personales, aunque en ese momento me llamó mucho la atención que nadie me preguntara si era correcta o no su presencia en un tema que se suponía se refería a negociar la liberación de presos.Tema alejado de los asuntos de salud, que confieso también me son gratos, por haberme desempeñado como Director Ejecutivo del Colegio de Médicos y como Viceministro de Salud, pero temas para nada mezclables con el objetivo preciso de mi misión en Cuba.


Apenas tuvimos tiempo para saludarnos, porque escasos dos o tres minutos después de su entrada, oímos varios vehículos acercándose y luego de un silencio que se hizo eterno… escuchamos los pasos de una persona: resultaría ser un hombre muy alto, corpulento, barbudo, embutido en un remedo de traje militar y con botas pulcramente embetunadas. Era el Comandante Fidel Castro, imbuido de una amplia sonrisa y acompañado de dos personas más que al acercarse, se apartaron sigilosamente …


De pronto mis dos amigos médicos, el Presidente Castro y el suscrito, sin mediar palabra ocupábamos los sillones de la sala y luego de los saludos de rigor, de presentarnos y hacer unos chistes obligados por mi pregunta acerca de quien seria el Comandante que me visitaría, la estancia del único Comandante de Cuba -que tardaría unas cinco horas- fue la ocasión de hablar- por supuesto- de hablar él. Comenzó a plantear toda clase de tesis sobre temas diversos relacionados con Costa Rica, su historia, así como la historia de Cuba y la coincidencia entre ambos paises. -según él-


Castro-poco a poco fue llevando su monotema hasta la caída de la dictadura de Somoza (con la ayuda del gobierno de Costa Rica, lo que para nadie es un secreto), así como el ascenso al poder del Sandinismo (con la ayuda de Cuba, según se rumoraba en mi país) . Por cierto esto vendría a corroborarlo el ex Ministro de Seguridad Publica en mi país en un libro publicado recientemente bajo el titulo de “La Guerra que no fue”…


Aprovechando las contadas pausas que hacia sin ingerir nada….envalentonado por su grata presencia, personal, me aventure a hacerle preguntas concretas que contestaba en largos soliloquios que no dejaban espacio para otras preguntas…Una de ellas, la hice a quemarropa, como “intercalándome”...asi que le pregunte: ¿Y quién mato al comandante Camilo Cienfuegos? ...pues yo sabía que ese crimen le era imputable a él directamente….


Sin variar para nada su semblante me escupió la respuesta...¡¡ Huber Matos, a quién te llevarás de aquí pasado mañana, cuando finiquitemos algunos detalles para garantizar su seguridad, pues hay quienes desean cobrarle ese crimen, entre otros !!


Y sin variar la cadencia de sus palabras me dijo: “para esos detalles, mañana vendrá a visitarte Abrantes, con quien ultimarás los detalles de la salida de Matos”.


Al preguntarle por la lista de presos plantados, me dijo...”Bueno, eso deberás hablarlo con Abrantes directamente, pues es su materia” .Le mencione a uno en especifico, a quien mi Presidente deseaba liberar: Armando Valladares, un poeta.. Fidel cambió su semblante y me espeto: “A ese no, a ese no. Es un farsante, que debe salir caminando por sus propios pies.Si, chico, es un farsante”.


Esa noche, habiéndose marchado Castro y luego mis amigos ….(después de una sesión de fotografías en donde el encargado-experto, a no dudarlo- le ponía a uno como el actor principal en el documento visual, , destacando a Fidel de manera distinta) y mientras trataba de conciliar el sueño de esa noche, se agolparon en mi mente varios episodios de esa única vez que le he tratado : sus largos soliloquios, su elocuencia y propiedad para los temas tratados en los que siempre llevaba la batuta...


Repasé mentalmente su vestimenta caqui, ,pero no de tela basta –sino militar- brillante, como si fuese de satin, y que no calzaba tampoco con sus botas finas, de punta italiana…Todo junto en mi mente, parecía como un suceso teatral en vez de una entrevista necesaria para iniciar una negociación encaminada a finiquitar la salida de Cuba de un prisionero y de otros “plantados”. Esa noche llegue a la conclusión de que yo había asistido a una obra teatral, en donde había solo un actor, al que no puedo restarle ni un solo merito, como tal.


P. ¿Hubo algún otro tema en la conversación?


Oh, por supuesto que sí. En cinco horas de soliloquios, recuerdo bien el más significativo de cultura general: su descripción de democracia participativa plena y de democracia directa, al estilo ateniense, del cual Castro me explicaría - se practicaban ambas en la Isla (cada vez que el mencionaba la isla, yo rectificaba mi mente, traduciendolo como : ¡Mi isla!, con base en el tono “posesivo” de su narración).


La Democracia según él- estaba en Cuba apartada de la democracia representativa y era auténticamente participativa, al estilo ateniense....en donde entre pueblo y gobernante no había soluciones de continuidad...sino una “liasson” continua-permanente, En donde ambas partes se sentían compenetradas naturalmente. Tal compenetracion natural era el sello distintivo de la revolución que él encabezaba.


Y tal compenetración ideo-política, en la democracia no pura se convertía en parafernalia representativa e intermedia, mientras que en “su modelo” existía la concreción absoluta, la perfección humana máxima…De la Grecia antigua a la Cuba de Castro no habían soluciones de continuidad, tan solo el puente de los siglos de ignorancia que les separaban en el tiempo a estos dos gemelos uni-vitelinos.


Mayor confusión pocas veces he conocido en mi vida, a menos que mis estudios universitarios estén profundamente equivocados. Ya que en algunos países que tienen realmente democracias representativas -como en Occidente - hay obviamente más respeto para el pueblo, que el que conocemos en la Cuba de Castro .


Hay un acto paradigmático: las concentraciones multitudinarias “del pueblo” en la Plaza de la Revolución, que mas bien parecen actos mediáticos, propio de cineastas hollywoodenses, especializados en logros monumentales en donde se mezclan las ínfulas de los Emperadores Romanos y la pasividad obsequiosa de las masas sometidas al régimen del “Panen et Circenses”, sello indudable de las clásicas películas bíblicas de los años 40-50 del siglo pasado..



P. Y ...¿cómo sucedió el resto de tu misión?


Al día siguiente, habiendo terminado de desayunar, llegó Abrantes a la casa –el entonces Ministro del Interior- el más policial de los funcionarios del régimen de Castro – y me dijo como dictándole una orden a un subalterno :

“Primero : Dentro de dos horas viene Huber Matos para que lo conozcas y
Segundo: . Respecto de los demás presos estamos elaborando la lista, te avisaremos.”….

En efecto al llegar Matos, de quien yo ni siquiera tenía una fotografía sumistrada por su familia, --que parte vivía en Costa Rica y parte en Miami--, me encontré con un hombre acabado, exageradamente delgado, demacrado, desconfiado, profundamente desconfiado, que apenas hablaba con monosílabos y cuya primera pregunta fue decirme si podría prestarle una navajilla para afeitarse, y si acaso tenia también una corbata.,…


Yo que no tenia una navajilla, pues uso máquina de afeitar eléctrica, gustoso se la entregue y debí enseñarle cómo usarla, pues notaba que realmente no se sentía nada cómodo con ella. Con la corbata no hubo problemas, pues soy muy parco en los colores que uso- lo que coincidía por casualidad con su propio gusto.


Ya entrado en más confianza, me dijo que deseaba despedirse de su madre: Ella lo visitaba en la carcel y él le había prometido que al salir, iría a visitarla de primero….pero había fallecido y era preciso trasladarlo a un cementario ubicado en una población distante en donde la habían enterrado.. Me pidió expresamente negociar este asunto con Abrantes. Fue muy insistente en este punto. …


Vinieron por Matos cerca de una hora después. Se lo llevaron y luego traté de encontrar al Cónsul para verificar con él los detalles de los presos plantados que debían venir también conmigo a Costa Rica. No fue posible. Tampoco fue posible encontrar a mis otros dos acompañantes.


Abrantes no apareció hasta el día siguiente. Y me dijo, escuetamente, que no iban a permitir a Matos desplazarse dentro de Cuba por razones de seguridad. Como mi misión principal era llevarme a Matos a Costa Rica, estuve de acuerdo en no retrasar por ningún otro motivo la salida, pues ahora solo me faltaba conocer la lista de presos, hablar por teléfono con mi Presidente y pedir el avión de LACSA. Pero durante el resto del día, aunque traté, no pude volver a ubicar en La Habana ni siquiera al Cónsul costarricense.


En la tarde me ofrecieron llevarme de compras y lo hice. Y en la noche me invitaron al Cabaret Tropicana, que seguía presentando el mismo espectáculo, como si Cuba aún estuviera en los tiempos de la corrupta dictadura de Batista. En la tienda que fui de compras, solo podían entrar extranjeros, y en Tropicana, solo habían turistas también,


Al dia siguiente llegaría temprano Abrantes, y me desplacé con él a ver los detalles de los demás presos. En realidad nada de ello ocurrió… cuando me percate, ya estaba en el Aeropuerto Internacional. Allí me dijeron que se habían descompuesto las líneas telefónicas con el exterior (a causa del embargo/boicot norteamericano, de manera que no fue posible pedir el avión a Lacsa) y me llevaron a un hangar en donde un avión de la empresa Cubana de Aviación estaba lleno de personas mayores, y atrás, rodeado de guardias, se encontraba Huber Matos, acompañado de un señor muy mayor en una silla de ruedas (que luego supe era su padre).


No apareció el Cónsul, tampoco el hijo del Presidente (uno de mis dos acompañantes) ,quien supe se había ido ya . Solo volví a ver al Oficial Mayor de Seguridad, Willy Azofeifa (mi segundo acompañante desde Costa Rica). En ese momento me sentía confundido, molesto y estando rodeado de militares y ante la disyuntiva de no cumplir con la misión de sacar a Matos, quien me reclamaba continuamente que él no viajaría, si antes no iba a visitar la tumba de su madre,...


Y tome una decisión: me introduje al avión percatándome que no era de LACSA, sino de Cubana de Aviación y mientras trataba de poner en orden mis ideas…solo me hablaba Matos acerca de la visita a la tumba de su madre…. su insistencia me produjo molestia, pues contrario a mis sentimientos, tuve que increparle fuertemente, manifestándole que dentro de mis órdenes, no se incluía viaje alguno al interior de la Isla, sino solo su salida inmediata de la Isla. Optó por no dirigirme más la palabra y le oi decir en dos o tres ocasiones que Fidel era un bandido. Es curioso: esa fue la palabra más fuerte que escuche de sus labios y aunque le he tratado en varias ocasiones en estos últimos años nunca hablamos más del tema…


Sin poder conversar con mi Presidente, y conociéndolo muy bien, me hice de la idea que en base a resultados, yo habia cumplido: llevaba a Matos a Costa Rica. También estaba convencido que, ninguno de los ocupantes del avión serían regresados a Cuba, aunque no fuesen los plantados y tampoco hubiese podido corroborar sus identidades. Hice un ultimo intento de comunicarme con mi Presidente desde el avión, pero el comandante de la nave me indicaria que no era permitido por leyes internacionales ocupar el sistema de transmisión radial en nada no relacionado con la navegación . Independientemente de que tuviese razon o no, no tenia sentido insistir.. asi que el resto del vuelo lo hice calmadamente, pues “en el camino arreglaríamos las cargas” como decimos los costarricenses.


Asi entre tumbos y retumbos (había tormenta y los pilotos debían ratificar o rectificar con frecuencia la ruta) llegamos en la madrugada al único aeropuerto internacional de mi país. Los balcones estaban rebosantes de centenares de personas que aclamaban a Matos y entre gritos de “Viva Cuba Libre” y “Abajo Fidel”, bajamos del avión, los encargados de migración metieron en sus oficinas a los recién llegados.

Todos, excepto Matos y su padre, para mí desconocidos, habían hecho el viaje sin decir una sola palabra y sin hacer un solo gesto.. Luego supe por uno de ellos que tenían miedo y no sabían ni siquiera a donde se dirigían…

Yo me enfrenté a mi Presidente. Le explique que sentía no haber cumplido totalmente su encargo. Y cuando le trate de explicar la imposibilidad de hacer un control cruzado de los otros viajeros, Rodrigo Carazo me abrazo, y llorando me dio las gracias. Acto seguido, me dijo en broma:” Espero tu renuncia al final del gobierno”.... y así acabo la experiencia…pues nunca más volvimos a tocar el tema



* Ricardo A. Puerta:

Sociólogo, con 30 años de experiencia en proyectos de desarrollo en América Latina. Graduado de la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York), con un Doctorado en Sociología del Desarrollo. Fue Asistente al Director en el Programa Latinoamericano de Private Agencies Collaborating Together (PACT), una federación de ONG internacionales, con sede en Nueva York. Fue Director del programa de Desarrollo Rural de la Escuela Agrícola Panamericana (Zamorano) en Honduras. Dirigió un proyecto de investigación, que duró dos años, sobre revisión de experiencias de 12 fondos de inversión social, operando en 10 países latinoamericanos. Ha sido capacitador en diseño de proyectos, utilizando el Método (Metaplan) del Marco Lógico, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y para el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y para más de un centenar de ONG a través de Curso-Talleres. Fue también Consultor para la Comisión Nacional de Anticorrupción (CNA), que coordina el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez. Al presente es Asesor de varias ONG e instituciones públicas hondureñas en Desarrollo Institucional, Marcológico, Investigación Rápida y Remesas Familiares.


Fuente:  Democracia Participativa


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