martes, 14 de septiembre de 2010

España y la Posición Común de la Unión Europea sobre Cuba por José Azel

José Azel y Huber Matos

En octubre, el Consejo de la Unión Europea (UE) se reunirá para evaluar su Posición Común hacia Cuba. Dirigiendo la carga ofensiva para esencialmente abolir la Posición Común es el Ministro de Asuntos Exteriores de España Miguel Ángel Moratinos.

Desde el 2 de diciembre del 1996, la Unión Europea ha definido el objetivo clave de sus relaciones con Cuba a través de una Posición Común para “promover un proceso de transición a la democracia pluralista y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales ..." (1)Asentada en el artículo J.2 del Tratado de la Unión Europea, la Posición Común también busca "la reforma de la legislación interna [cubana] referente a derechos políticos y civiles, incluyendo el código penal cubano, y consecuentemente la supresión de todos los delitos políticos, la liberación de todos los presos políticos y el cese del hostigamiento y el castigo a los disidentes." (2) La Posición Común de la UE propone que se "evaluará la evolución de las políticas interiores y exteriores cubanas de acuerdo con las mismas normas que se aplican a las relaciones de la Unión con otros países, en particular la ratificación y el cumplimiento de las convenciones internacionales de derechos humanos." (3)

Teniendo en cuenta estos objetivos concretos de la UE con respecto a Cuba, es difícil encuadrar la afirmación categórica del Ministro de Relaciones Exteriores Moratinos –aparentemente fundada en el comunicado de que el gobierno cubano excarcelará y esencialmente deportará a 52 presos políticos – que "ya no existe ninguna razón para que la UE mantenga su Posición Común hacia Cuba". (4)

El Sr. Moratinos, ha tergiversado los objetivos de la UE aceptando un gesto minimalista y reversible del gobierno cubano. Él diplomático ha abandonado los fines pronunciados en la Posición Común de intensificar el diálogo con "todos los sectores de la sociedad cubana a fin de promover el respeto de los derechos humanos y el progreso real hacia la democracia pluralista." (5) Con su afirmación, Moratinos parece haber redefinido unilateralmente los objetivos europeos en nombre de los estados miembros.

El Sr. Moratinos está velando por los intereses bilaterales de España en Cuba, pero claramente esta socavando uno de los principales instrumentos jurídicos del Órgano Común de Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) que define el enfoque de la Unión sobre asuntos de interés general. Es una doctrina que dirige a los estados miembros a garantizar que sus políticas nacionales se ajusten a las posiciones comunes de la UE. Ocasionalmente, intereses nacionales pueden tener precedencia sobre posiciones supranacionales. Sin embargo, la determinación de España de abandonar la Posición Común es particularmente sorprendente, ya que su historia compartida y parentesco cultural con Cuba sugieren que España debiera apoyar plenamente el mensaje clave de la UE hacia Cuba de que "la plena cooperación con Cuba dependerá de el mejoramiento de los derechos humanos y las libertades políticas", según lo estipulado por el Consejo Europeo.

La excarcelación gradual de algunos presos políticos no cumple con los requisitos establecidos en 1996 por la Posición Común. Conmutaciones de sentencias injustas y deportaciones no equivalen a libertades políticas ni indican un proceso de transición hacia la democracia pluralista y el respeto de los derechos humanos. Como para subrayar este punto, el gobierno cubano, al mismo tiempo que libera algunos de los activistas encarcelados durante la Primavera Negra del 2003, ha continuado arrestando, reprimiendo, acosando e intimidando a miembros de la oposición y la sociedad civil.

En contraste con España, otros países de la UE como la República Checa, Alemania, Eslovaquia, Polonia y Suecia continúan escépticos de abandonar la Posición Común precisamente en el momento en que puede estar teniendo impacto. Estos países insisten en que cualquier decisión de la UE en relación con su política hacia Cuba se debe basar en criterios que definan de forma inequívoca e irreversible mejoras en materia de derechos humanos y libertades políticas. Tales criterios ayudaran a los miembros de la UE a evaluar objetivamente el compromiso sobre reformas del gobierno cubano y contribuirán a preservar la unidad de propósito de la Unión Europea. En el último repaso de la Posición Común, después de una fuerte oposición, especialmente de miembros de Europa oriental, España desistió de su iniciativa, permitiendo que la UE mantuviera la Posición Común.

Abandonar sin concesiones reales por parte de Cuba la ejemplar Posición Común implica que las críticas de la UE sobre las violaciones de las libertades civiles y derechos políticos en Cuba serán silenciadas y que los contactos con los disidentes cubanos tenderán a desaparecer, así desmoralizando a la oposición interna en la isla. También significa recompensar a un gobierno represivo que no desea emprender reformas democráticas. La aquiescencia de la UE al deplorable expediente de derechos humanos del régimen castrista seguramente generará mayor persecución de la población.

Aunque tal vez solo simbólicamente, la Posición Común envía un mensaje importante a los ciudadanos cubanos de que ellos tienen el apoyo de la comunidad internacional; que no están solos. También ofrece al gobierno cubano un entendimiento claro de las expectativas comunes de la UE.

Lamentablemente y vergonzosamente, la declaración del Sr. Moratinos que, “ya no existe ninguna razón para que la UE mantenga su Posición Común hacia Cuba," necesariamente significa que Cuba ha cumplido con las expectativas del gobierno español con respecto a los derechos humanos. (6)

El Ministro de Relaciones Exteriores parece haber olvidado la lección fundamental de la transición española -y de todas las transiciones- que las transiciones deben responder a los intereses y aspiraciones de la ciudadanía. En un sistema que niega las libertades básicas, la sociedad se debilita por un miasma de temor. Por cinco décadas, el miedo ha sido una parte integral de la existencia cotidiana cubana. Es un miedo que debe ser conquistado para que un proyecto de transición nacional pueda ser exitoso.

La Posición Común de la UE reconoce esto y nota que “una transición pacífica es posible, si dicho proceso es iniciado o permitido por el régimen actual.” Como el ejemplo de la transición española, la perfecta transición cubana seria una que procede pacíficamente y legalmente; de ley a ley. Es aquella en la que la clase gobernante decide cambiar las reglas del juego, y abre el proceso político llamando a elecciones libres, justas y competitivas. Este es y debe seguir siendo el eje ético de la Posición Común de la Unión Europea y en particular de España, la madre patria de Cuba.

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Notas

(1) 96/697/CFSP: Common Position of December 2, 1996 defined by the Council on the basis of Article J.2 of the Treaty on European Union, on Cuba. Official Journal L 322, 12/12/1996 P.0001-0002
(2) Ibid.
(3) Ibid.
(4) “Moratinos: ‘No hay ninguna razón para mantener la Posición Común’ de la UE.” EFE. July 7, 2010. http://www.elmundo.es/america/2010/07/08/cuba/1278546719.html
(5) Common Position of December 2, 1996.
(6) Ibid.

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*José Azel es analista investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Es autor del reciente publicado libro, Mañana in Cuba.
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