miércoles, 20 de octubre de 2010

El Comandante que denunció la traición de la revolución cubana




Hoy hace 51 años, el 21 de octubre de 1959 en Camagüey, desde muy temprano en la madrugada en las estaciones de radio de la capital provincial los capitanes Orestes Valera y Jorge Enrique Mendoza Reboredo (1), voceros de Fidel Castro, arengaban a la población acusando a la tropa del Ejército Rebelde en el Regimiento Agramonte. Los acusaban de haberse sublevado contra la revolución. Los llamaban “traidores, hijos de perra, canallas, mercenarios etc.” Los soldados estaban indignados.

El Comandante Huber Matos, jefe militar de la provincia, escuchaba los insultos consciente de que el propósito era provocar una reacción de parte de la tropa y los oficiales bajo su mando.

Los aproximadamente 300 hombres de la policía de Camagüey y una compañía de 100 hombres que custodiaba el aeropuerto habían sido manipulados por Fidel, que se encontraba en La Habana, para lanzarlos contra el Regimiento Ignacio Agramonte.

El Comandante Matos fue de compañía en compañía advirtiéndoles a sus hombres que: “esto es una trampa, no podemos caer en el error de dejarnos provocar. Yo soy el objetivo principal, pero lo que quieren provocar es una confrontación para que haya muertos y así justificar una sublevación.” Los soldados rebeldes y sus oficiales obedecieron las órdenes.

Temprano en la mañana el doctor Miguelino Socarras,
(2) ex oficial rebelde, llegaba a la casa del comandante del regimiento que se encontraba dentro del complejo militar. El doctor Socarras le pidió a Huber que huyera con él de Cuba. Le dijo que él tenía un avión y un piloto listo a minutos de allí. Que había que evitar que lo lincharan. Huber se negó a huir diciéndole: “Me arrastrarán ahora, pero tal vez esto salve al país.”

Unas horas después llegó el Comandante Camilo Cienfuegos
(3) y conversó con Huber sobre el problema de la infiltración comunista que preocupaba a ambos. Castro llegó cautelosamente a Camagüey y acompañado de una turba se dirigió al Regimiento Agramonte donde nadie opuso resistencia. Huber fue arrestado. Veintiuno de sus oficiales exigieron que se les detuviera con él, y fueron arrestados también.

El Capitán José Manuel Hernández, jefe militar en el pueblo de Florida fue a la estación de radio del pueblo, protestó por las acusaciones contra su jefe Huber Matos, regresó a su puesto de mando, escribió una carta donde decía que ya no valía la pena seguir viviendo y se disparó un tiro y murió.

Otro oficial, el teniente José León García del Central Vertientes, protestó por las calumnias contra sus compañeros y su jefe, y también se suicidó.

Los estudiantes, los trabajadores y campesinos camagüeyanos reaccionaron con incredulidad y descontento ante aquellas acusaciones. Las operadoras de las centrales telefónicas de la provincia respondían a cualquier llamada con la consigna “Huber Matos no es traidor.”

En este enlace podrá encontrar la carta renuncia y una explicación de las circunstancias. En TeleCID podrá encontrar varios videos sobre el tema. El libro “Cómo llegó la noche” tiene un relato detallado de estos y otros acontecimientos.

Huber Matos cumplió una condena de veinte años de cárcel, vive en Miami con su esposa María Luisa y es el Secretario General de Cuba Independiente y Democrática, el CID.

Roberto Mart
ínez
Comit
é de Asistencia al Partido Cuba Independiente y Democrática (CACID)


(1) Orestes Valera murió de cáncer en Hialeah. Jorge Enrique Mendoza Reboredo intentó suicidarse y luego murió.

(2) El doctor Socarras salió al exilio donde practicó la medicina por más de veinte años y falleció.

(3 El Comandante Cienfuegos desapareció el 28 de octubre, una semana después del arresto del Comandante Huber Matos, pero su desaparición no fue reportada[informada] por la prensa cubana hasta el día 30 de ese mes.

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